Elena Gómez se cae del suelo
La campeona del mundo en 2002 y actual subcampeona europea no logra entrar en la final de su mejor aparato
Fue una mala noche para la gimnasia femenina española. El equipo, quinto en los Juegos de Sidney 2000, como en los de Barcelona 92, se metió en la final, que se disputará mañana, pero con más modestia de la esperada. Apenas pudo entrar como séptimo, posición que puede mejorar al empezar de cero. Pero lo peor fue que la remota esperanza de medalla de Elena Gómez se chafó ayer mismo. La campeona del mundo de suelo en 2002 y medallista de bronce en los de 2003 y de plata en los últimos Campeonatos de Europa de Amsterdam, en mayo pasado, ni siquiera se metió en la final. Sí lo hizo, en cambio, Patricia Moreno, a sus 15 años, en su primera participación olímpica.
La niña se hizo mayor y empezó a fallar. La historia cambiante de tantas gimnastas que se empezó a ver perfectamente en el caso de la rumana Nadia Comaneci, la niña reina de Montreal 76, se confirmó con Elena. A sus 18 años, con más cuerpo embutido en su armazón infantil, se quedó en 9,500 puntos. El cambio del ejercicio que había usado hasta los Europeos por otro con música española no funcionó como debería haberlo hecho. El meterse en la final de las 24 mejores en el puesto 18º no es un consuelo, aunque demuestra su calidad como gimnasia completa. Pero los tiempos, como ella ha probado al consagrarse en suelo hace dos años, es de las especialistas y con su descarte se volatiliza la única esperanza española de medalla.
El equipo se clasifica para la final con más modestia de la esperada: el penúltimo
Patricia bastante hará en la final del lunes próximo con hacer otro dignísimo quinto puesto como ayer, con 9,587. Catalina Ponor, la rumana que ganó el oro ante Elena en mayo, fue la mejor, con 9,687, y también en la barra de equilibrios, en la que consiguió la nota más alta de la jornada, 9,775. La bomba brasileña Daiane dos Santos se metió en la final con la tercera mejor, 9,637, superada por la china Fei Cheng, con 9,650.
Elena y el seleccionador, Jesús Carballo, tenían esperanzas de que el nuevo ejercicio funcionara. Lo presentó a finales de mayo, después de los Europeos, en una exhibición en Palma de Mallorca y luego lo trabajó en dos encuentros contra Rumania y Francia y en los Campeonatos de España. Carballo pensaba que los jueces no le quitarían mucha puntuación, pero se equivocó porque Elena quiso clavar la salida y eso le costó tres décimas. El técnico lo explicaba así: "A veces es mejor dar un pasito y perder media décima que tres como le ha pasado. Lo quiso hacer tan bien, tan bien, que frenó el giro para abrir pronto y se le fue el pie".
Elena ya había tenido un pequeño desequilibrio en la anterior diagonal y quizá se desorientó. Se fue al undécimo puesto cuando en las finales por aparatos sólo entran las ocho mejores notas. "Ha sido un palo", dijo un decepcionado Carballo pese a que siempre mantiene el tipo en cualquier ocasión; "está triste y ella es una gimnasta alegre. Creo que la va a afectar mucho en la final del concurso general porque se había preparado para su final y lo va a sentir".
De todas formas, con ella se evaporan las posibilidades de medalla española. Curiosamente, ni el seleccionador quiere pensar en ello para no presionar a la nueva niña, Patricia. "La medalla que soñábamos era la de Elena por nombre y por el ejercicio que habíamos preparado", comentó; "ahora hay que dejárselo todo a una niña de 15 años. A Patricia no me atrevo ni a hablarle de medallas para que no se asuste. Todo estaba preparado y trabajado con Elena". Respecto al equipo no se mostró disgustado, sino realista: "Es muy jovencito, con las júniors del año pasado, y ya se ha notado hoy en la barra que les falta competición. Estar entre las ocho mejores naciones está muy bien para nosotros. Por delante hay unos que son imbatibles de momento".
En la cima de la gimnasia femenina, la campeona olímpica y europea, Rumania, de la mano de Ponor, dominó las primeras operaciones por delante de Estados Unidos, la campeona mundial, pero sin medallas colectivas ni individuales en Sidney 2000, al revés de Atlanta 96, y China, que superó incluso a Rusia, descolgada al cuarto lugar. La incombustible Svetlana Jorkina no pudo ella sola cargar con un equipo menor. Y eso que volvió a volar altísimo en sus paralelas asimétricas, en las que consiguió una puntuación de 9,750, la segunda más alta del día. España hasta quedó lejos de Ucrania y Francia y apenas entró la penúltima, tan sólo por delante de Australia.
La estadounidense Carly Patterson, subcampeona del mundo, encabeza la lista de las 24 más completas por delante de las rumanas Nicoleta Daniela Sofronie y Oana Bana, que también aspiran al título. Jorkina, triple campeona del mundo, acabó la quinta. Ponor se reserva para los dos aparatos en los que asombró y no hizo las asimétricas.
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