Una banda que 'ha hecho las Américas'
El grupo madrileño La Quinta Estación triunfa en México.
Fue una bendición: desde mediados de los setenta, España recibió una revitalizadora transfusión musical desde Iberoamérica. Ahora, se ha invertido el sentido del flujo migratorio. Los grupos y solistas españoles vuelven a intentar hacer las Américas: incluso hay casos de músicos españoles que salieron huyendo de un país sometido al imperio de la vulgaridad, con la TVE del PP ocupada militarmente por Operación Triunfo.
Así, La Quinta Estación ha encontrado una cálida acogida en México, tras demasiadas frustraciones: "Aquí, los grupos tienen historias de cazatalentos que pretenden cambiarte el look, el estilo, todo. A nosotros es que ni siquiera venían a vernos, sólo querían bisbales y chenoas". Sí que se acercó Jaime Torregrosa, un manager español que trabaja en México. Y les puso un cebo irresistible.
Que nadie piense que fue fácil integrarse en una megápolis con 27 millones de habitantes censados: de Madrid salieron cuatro y ahora quedan tres. Son Natalia Jiménez (cantante, armónica), Pablo Domínguez (guitarra) y Ángel Reyero (guitarra). Tampoco resultó el primer disco, "firmado por un famoso productor español que ni apareció, nos dejó en manos de su ingeniero de sonido." Les salvó Televisa, al incluir su Dónde irán en la telenovela Clase 406, "una especie de Al salir de clase mexicana", aunque también les creó una fama incierta: "Nos creían un grupo de plástico y salíamos a tocar temas nuestros, pero también de Dylan o Led Zeppelin."
Para el segundo disco, Flores de alquiler (BMG), contaron con un productor local, Armando Ávila, un experto en guitarras. Y con canciones que reflejaban su experiencia mexicana: "Hace días perdí en alguna cantina / la mitad de mi alma más el quince de propina", canta Natalia ¡con mariachi! en El sol no regresa; Mi ciudad es un canto al Distrito Federal, ya que "Madrid se quedó atrás". De rebote, el éxito les ha traído de vuelta a España, en visitas de promoción.
Dicen que el público mexicano es extremadamente participativo, "o te aman o te tiran lo primero que tengan a mano. La piratería es brutal, un 85%, pero es un mercado inagotable para el directo, nunca paras de tocar en nuevas ciudades. De allí hemos saltado a Guatemala, Costa Rica, Estados Unidos. Nos hemos medido con todo tipo de artistas, de Alejandro Sanz a Molotov pasando por Avril Lavigne". Superada la etapa comunal, cada uno vive en su apartamento. Y se han habituado a las peculiaridades mexicanas: "Te deja solo en su casa un amigo y te señala dónde está la pistola, por si entra algún asaltante. Llegas a un pueblo y te hablan de unos hongos alucinógenos... que vende ¡el jefe de la policía!".
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