_
_
_
_
Reportaje:Atenas 2004 | La selección española de baloncesto se enfrenta al equipo del gigante chino

Gasol, ante La Gran Muralla

Yao Ming, de 2,29 metros, icono de China y de grandes multinacionales, inicia ante España una reválida en su camino para convertirse en uno de los grandes líderes de la NBA

Robert Álvarez

A pocos deportistas en el mundo les sonríe la vida como a Yao Ming, la figura de la selección china, contra la que hoy debuta el equipo español de baloncesto (13.30 horas, La 2). Ming, que el próximo mes cumplirá 24 años, es un icono, La Gran Muralla, del que presume un país tan populoso como China. Fue su abanderado, todas las multinacionales se disputan sus derechos de imagen y ha roto muchas de las barreras que existían hasta ahora para los jugadores extranjeros en la NBA.

Sin embargo, desde el punto de vista de su entrenador en la Liga norteamericana, Yao Ming pasa la prueba del algodón en Atenas. "Debe empezar a rebelarse, a no hacer caso de lo que todos le dicen. Está bien que escuche a su entrenador y a sus compañeros, pero llega un momento en que debe tomar sus propias decisiones. Cuanto más escuche, cuanto más tranquilo se quede en su rincón, más se ralentiza su progresión". Así lo ve Jeff van Gundy, que ha guiado los pasos de Yao Ming durante las dos temporadas que ha completado en los Rockets de Houston.

En Houston le reprochan que no exija acaparar el juego, al igual que figuras como O'Neal

Van Gundy soslaya un juicio que podría ser complaciente para el primer jugador número uno en la historia del draft no estadounidense, en 2002, y que ha sido all star en sus dos primeros años en la NBA. La inquietud del técnico se basa en la rápida eliminación de los Rockets ante los Lakers en los últimos play-offs y la manera en que Yao Ming dejó pasar una magnífica ocasión para afirmar su liderazgo en el equipo, papel que le sustrajeron de mala manera los egocéntricos Steve Francis y Cuttino Mobley. Que grite como Shaquille O'Neal cuando no recibe la pelota durante tres posesiones consecutivas, que lance pese a que falle otras tantas veces, que reivindique el protagonismo que se le otorga... Eso es lo que los técnicos de los Rockets echan de menos en él. No quieren que se quede en mera fachada: 229 centímetros según la NBA, 226 según el comité organizador de los Juegos. Esperan que vaya mucho más allá de los 17,4 puntos, 9 rebotes y 1,9 tapones de media por partido del curso pasado, que se convierta en uno de los mejores jugadores de la historia. Desean que sus evoluciones en el equipo chino le ayuden a reivindicar el papel de protagonista.

En Estados Unidos la popularidad de Yao Ming ha corrido paralela a su meteórica carrera. El primer deporte que practicó fue el waterpolo, pero cuando alcanzó los dos metros de estatura tuvo que abandonarlo porque se impulsaba con los pies desde el fondo de la piscina. Su madre, que mide 1,88, fue internacional en la selección de baloncesto a principios de los 70 y su padre, de más de dos metros, también jugó como profesional. Y a ese deporte se dedicó él en el momento más propicio, sólo un año después de que se creara, en 1995, la primera Liga profesional en China. Con su equipo, los Sharks de Shanghai, lo ganó todo. Fue el primer jugador chino al que su club le retiró la camiseta, con el número 15, cuando decidió abandonarlo para recalar en la NBA después de haber sido invitado por una multinacional de prendas deportivas a visitar un campus en San Diego. Por entonces, 1998, era un jugador debilucho y enclenque que no estaba dispuesto a hacer mates, un tipo de acción demasiado ostentosa para la mentalidad de juego colectivo que presidía el baloncesto en China. Justamente uno de los puntos débiles que aún se le reprochan.

Big Yao o El pequeño gigante como es apodado, se ha convertido en un jugador de un tremendo impacto para las multinacionales. La revista Forbes le sitúa al frente de la lista de ganancias de personajes chinos famosos, con unos ingresos de 14,5 millones de dólares anuales, la mayor parte procedentes de sus campañas publicitarias.

Gasol ya se ha enfrentado a Yao Ming en la NBA. "Me preocupa que no presionemos a los chinos y que hagan lo que ellos pretenden, que es jugar fácil y mucho con Yao Ming y que éste no tenga complicaciones. Si le frenamos, habremos ganado mucho terreno para ganar", augura la figura del equipo español, que debuta en unos Juegos.

Yao Ming y Gasol disputan el balón en un partido entre Houston Rockets y Memphis Grizzlies en la NBA.
Yao Ming y Gasol disputan el balón en un partido entre Houston Rockets y Memphis Grizzlies en la NBA.AP

Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_