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Reportaje:MÚSICA

Tres genios en escena

Manuel de Falla, Federico García Lorca y Salvador Dalí: tres genios unidos en un espectáculo que presenta los formidables telones diseñados por el pintor ampurdanés para dos montajes de El sombrero de tres picos y El Café de Chinitas estrenados en los años cuarenta en Estados Unidos y nunca vistos en España. El Centro Andaluz de Danza afronta la ambiciosa propuesta en un doble montaje, con coreografías y dirección de escena de José Antonio Ruiz y Lluís Danés, que se estrena el 18 de agosto en el Festival de Peralada (Girona).

Tras el éxito de Dalidance -un montaje de Ramon Oller y la compañía Metros con la magia de los telones que Dalí concibió para los ballets Tristan Fou, Laberint y Bacanal- Peralada acoge el estreno de un espectáculo que rescata dos creaciones escénicas dalinianas jamás representadas en Europa: telón, escenografía y vestuario diseñados para un montaje de El sombrero de tres picos estrenado en 1949 en el célebre Zeigfeld Theatre de Nueva York, y dos telones pintados por encargo de Encarnación López, La Argentinita, para su espectáculo El Café de Chinitas, sobre las Canciones populares españolas armonizadas por Lorca, estrenado en 1944 en el Ballet Theatre de Detroit.

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Recreación daliniana

Dalí afrontó un gran reto

con el ballet de Falla. Pablo Picasso había realizado los prodigiosos decorados y el vestuario que hicieron historia en el estreno de la obra en Londres, en 1919, a cargo de los Ballets Rusos de Diaghilev. Las imágenes concebidas por Picasso han marcado a todos los escenógrafos posteriores, que no han podido escapar a los fascinantes conceptos plasmados por el pintor malagueño. Dalí recreó el mismo paisaje de manera etérea -ventanas, árboles, y sacos de harina vuelan por los aires- y diseñó los trajes tomando como referencia el vestuario goyesco de los tapices y pinturas de esa época.

"Es una delicia encontrarse de nuevo con la obra maestra del baile español y revisarla con la estética de Dalí", afirma el bailarín y coreógrafo José Antonio, que firma la coreografía y dirección de escena del ballet de Falla cuya maravillosa música sonará en este montaje en una versión grabada en 1986 por la Orquesta Sinfónica de Londres bajo la dirección de Jorge Rubio.

José Antonio asumirá el papel de Corregidor en un reparto con Úrsula López, Miguel A. Corbacho y María José López en los papeles de Molinera, Molinero y Corregidora. "La aportación de Dalí es bellísima, con una extraordinaria riqueza de matices en el vestuario y guiños al trabajo de Picasso. Al empezar este proyecto, pensaba que Dalí iba a ser más renovador, y me ha sorprendido ver que en el fondo su aportación es bastante tradicional. Picasso fue más renovador en sus conceptos".

Recuperar estos trabajos no ha sido fácil, ya que se perdieron buena parte de los telones y bocetos diseñados por Dalí. Para conseguir algunos de los diseños de los trajes fue necesario rastrear su huella en museos y colecciones privadas de Brasil, Estados Unidos, Francia y España. La reconstrucción de ese vestuario ha sido realizada por Yvonne Blake a partir de los dibujos inspirados en el vestuario goyesco y los tapices de la época.

El Dalí más audaz aparece

en los telones de boca y fondo que concibió para El Café de Chinitas. A partir de una idea de Manuel Huerga, el director de escena Lluís Danés concibe el montaje como "un canto al amor sin miedo". "Hemos creado una dramaturgia a partir de un hecho histórico, cuando Lorca y Dalí tienen un conflicto importante en la Residencia de Estudiantes. Lorca propuso a Dalí mantener relaciones sexuales y, según mi visión, esto provocó una ruptura entre Lorca, Dalí y Buñuel, quien mantenía una clara postura contra la homosexualidad", explica Danés.

A partir de ese conflicto, el montaje trata del miedo a la diferencia sexual. "Dalí no se había planteado claramente su identidad sexual, su pánico a lo femenino, y en lugar de afrontar la situación, prefiere romper con Lorca y unirse a Buñuel para trabajar en Le chien andalous. Sobre esta idea, concebimos la obra como un tributo a Lorca que sirvió a Dalí para redimirse y pedir disculpas post mortem al poeta", comenta el director de escena.

Dalí está presente en el espectáculo, que habla de la creación, el sexo y el amor en la vida del pintor ampurdanés. "Dalí aparece representado por un niño que tiene miedo a lo femenino, y aparece siempre que hay una invitación a la sexualidad. La estética de Luis Buñuel y el surrealismo están presentes en las proyecciones en vídeo. Buñuel es el coro de bailarines, que representan al pueblo y al destino", explica Danés. "Dalí es el verdugo, el putrefacto que mata al perro andaluz por un amor que no puede ser. Lorca es fusilado por la intolerancia y el miedo, que acaban con él en 1936".

Espectáculo de creación

tanto en su dramaturgia y puesta en escena, que usa diversas tecnologías y proyecciones en vídeo, como en su aspecto musical: una visión diferente, más jazzística e innovadora, de las canciones lorquianas, arregladas por el gran pianista Chano Domínguez e interpretadas en directo al frente de su grupo, con una de las grandes figuras del cante actual, la cantaora Esperanza Fernández, como solista. "A través de las canciones y la simbología daliniana se crea una invocación para unir a Lorca y a Dalí más allá del tiempo. Espero que el público se emocione tanto como nosotros al hacer este delicado y gratificante espectáculo que ha unido a artistas de muy diversas trayectorias", asegura José Antonio, que además de la coreografía de El Café de Chinitas bailará un papel entroncado con la simbología lorquiana que no quiere desvelar. "Prefiero que lo descubra el público".

Imagen de un ensayo de 'El sombrero de tres picos'.
Imagen de un ensayo de 'El sombrero de tres picos'.LUIS CASTILLA

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