_
_
_
_
Palabras.net
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Algunas diferencias de los sustos y los miedos

Estuvo pensando en el miedo toda la noche. Era verdad, la principal razón por la cual a veces no se animaba a ser, a decir, a hacer, a aceptar o a rechazar era el miedo. Se dio cuenta de las muchas palabras con las que disfrazaba sus temores para no enojarse consigo misma. Timidez. Respeto. Precaución. Aprensión. Resistencia. Rechazo. Inquietud. Ansiedad. Susto. Y se dio cuenta de las otras, de las que preferiría borrar de su vocabulario: fobia, pánico, espanto, terror...

En palabrasalacarta.com escribió

SUSTO-MIEDO

...El susto, a diferencia del miedo, se refiere a un hecho concreto que está sucediendo en el momento de la respuesta temerosa; es decir, es siempre una respuesta a una situación presente. Digo con criterio que estoy asustado cuando se presenta una situación genuinamente amenazadora que desemboca en esa sensación de inquietud y movilización que se conoce con el nombre de reacción de alarma, un reflejo corporal y psíquico frente a una situación de peligro.

Asustarse se convierte en problema cuando percibimos lo inofensivo como ofensivo, lo cotidiano como extraño y lo inocuo como dañino

Si entrara rugiendo un león en la habitación donde nos encontramos, lo más probable sería que nos asustáramos; porque la figura del león está asociada en nosotros a una situación de peligro. Esto es susto, no miedo.

Puedo contarle que me asusté a otra persona y ésta lo puede entender, aunque no se asusta cuando se lo cuento. Lo entiende porque la relación entre estímulo y respuesta temerosa es lógica.

¿Qué sería el miedo? Continuando con el ejemplo anterior, si el domador se llevó el león, si lo vi salir del edificio y si espié por la ventana cómo lo trasladaban hacia el zoológico y a pesar de eso, al día siguiente al ir hacia ese lugar empiezo a pensar que podría estar ahí el león o una vez en el lugar no puedo concentrarme en lo que hago porque podría entrar un león; me estoy asustando de mi propia idea. Tener una respuesta biológica de alarma a pesar de que el peligro no está, no es susto, sino miedo.

Siendo muy básicos podríamos decir que el susto entra por la percepción y el miedo, por la imaginación. Y por eso el miedo no siempre está generado a partir de algo verídico.

Se suele llamar al susto el Miedo Sano porque funciona en general como una respuesta protectora toda vez que nos prepara para conjurar un peligro o una amenaza real. Si no fuera capaz de asustarme no podría, por ejemplo, huir rápidamente de un lugar donde empieza a producirse un incendio.

Asustarse se convierte en problema cuando la percepción o la interpretación de la percepción nos informan mal sobre la peligrosidad de las situaciones. Es decir, cuando percibimos lo inofensivo como ofensivo, lo cotidiano como extraño y lo inocuo como dañino.

La primera respuesta frente a una situación de peligro es susto; la segunda, desde el recuerdo vivencial de ese peligro, es miedo.

El miedo, dice Krishnamurti, es un invento del pensamiento, que evoca un peligro o frustración del pasado y lo proyecta en el futuro. La sensación de susto frente a un pensamiento.

El estímulo de la respuesta temerosa no está afuera, sino adentro. Es la percepción de mi construcción mental lo que me asusta, mis propias fantasías catastróficas y no los hechos. Aquí también habría que diferenciar unos pocos miedos protectores relacionados con peligros objetivos y muchos miedos paralizantes siempre ligados a prejuicios y condicionamientos. Aquéllos se aprenden, estos últimos son siempre enseñados por otros.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_