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Reportaje:CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Moscú descubre al público la vanguardia escondida

Hace ya 15 años que la 'perestroika' de Mijaíl Gorbachov llevó la libertad a Rusia y abrió los archivos literarios y depósitos de los museos, por lo que parecería que ya no quedaban secretos. La exposición de la galería Tretiakov de Moscú demuestra lo contrario.

Los archivos, destinados en principio a guardar sólo documentos, en la desaparecida Unión Soviética sirvieron también para preservar tanto los libros de los poetas prohibidos, las películas que no llegaron a los cines o los guiones que no se convirtieron en filmes. Allí también encontraron refugio los óleos, dibujos y acuarelas de los pintores acusados de "formalismo", que no pertenecían al "arte oficial", que no eran reconocidos por las autoridades o que éstas simplemente eliminaron.

Así se salvaron miles de obras, entre las que hay verdaderas joyas. El Archivo Estatatal de Rusia de Literatura y Arte (AERLA) ha seleccionado 300 obras de su colección de la vanguardia rusa de principios del siglo pasado, que, como testimonia la exposición, es una de las más completas e importantes que existen en Rusia: desde Malévich y Tatlin, pasando por Chagall, El Lisitsky y Ródchenko, hasta Burliuk y Redko, por nombrar sólo a algunos de los más conocidos. En total, AERLA ha procesado más de 2.000 obras.

Una de las perlas del AERLA es el álbum del poeta futurista Alexéi Kruchenij, con autógrafos y dibujos de Marc Chagall

Una de las perlas del AERLA es el álbum de poeta futurista Alexéi Kruchenij, con autógrafos y dibujos Chagall, o los rayonistas Goncharova y Lariónov. Pero la más valiosa colección seguramente son las obras de Vladímir Tatlin, el padre del constructivismo y gran opositor del suprematismo creado por Kazimir Malévich. A partir de la segunda mitad de los años veinte del siglo pasado, la obra de Tatlin se topa con el rechazo y la oposición de las autoridades: sus proyectos no se realizaban, las piezas de teatro con sus decoraciones no se montaban, los originales de las ilustraciones de libros se perdían en las editoriales. Los dibujos y óleos dejados en su taller estaban condenados a desaparecer después de su muerte, acaecida en 1953. Afortunadamente, su amiga la escultora Sara Lébedeva -conocida por su bajorrelieve de la tumba del premio Nobel de Literatura Borís Paternak-, salvó el legado de Tatlin al entregar las obras al AERLA. Ahora la colección de Tatlin del archivo sólo es comparable a la del Museo Ruso de San Petersburgo: dibujos de la primera mitad de los años diez del siglo pasado y óleos prácticamente desconocidos pintados entre 1910 y la década de los treinta.

Otra importante colección es la de dibujos de Robert Falk, pintor que participó en todas las célebres muestras rusas de principios del siglo pasado -El mundo del arte, Jota de diamantes...- y expuso en París y Venecia. Su viuda entregó al AERLA más de cien dibujos y una pequeña cantidad de estupendos estudios. La tercera colección monográfica es la del ya citado Kliment Redko, que desarrolló una síntesis de cubismo, suprematismo y constructivismo.

Los organizadores de esta rara muestra decidieron ampliar los marcos de la vanguardia y exponen también una serie de dibujos (estudios para espectáculos) del famoso cineasta Serguéi Eisenstein e incluso las acuarelas del magnífico actor Mikhail Chekhov.

Pero no sólo los archivos sirvieron de refugio a la vanguardia rusa, que se convirtió en la cenicienta de las artes tras el triunfo y consagración por Stalin del realismo socialista. Para salvar las obras de arte de los pintores prohibidos o perseguidos, los amantes de los museos centrales distribuyeron gran parte de las obras de la vanguardia entre los museos provinciales, lejos de la capital y de Leningrado. Una de las más ricas y valiosas colecciones de los movimientos pictóricos rusos de principios del siglo pasado está en el Museo de Omsk, ciudad siberiana que ha traído sus tesoros a la Tretiakov moscovita. Siete óleos de Alexej Jawlenskij tiene el museo, la conocida pintura de Kandinski Murnau, estudio con iglesia, de 1908, más óleos de la Goncharova, Lariónov, Lentúlov y muchos otros.

Al convertirse en centro de las artes de Siberia en plena guerra civil, Omsk dio al arte una serie de talentosos pintores de vanguardia. La gira del pintor y poeta David Burliuk, en 1919, con sus conferencias sobre artes plásticas y literatura, fue un verdadero catalizador. Así, Víktor Ufímtsev, cabeza de fila de los artistas de Osmk, escribió en sus memorias después de oír a Burliuk: "De la velada salí convertido en futurista".

Obra de Vladímir Tatlin, el padre del constructivismo.
Obra de Vladímir Tatlin, el padre del constructivismo.
Una de las obras de Burliuk.
Una de las obras de Burliuk.

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