Manuel Rivas mira en clave irónica la dualidad de Galicia
"¿Quiénes somos?, ¿adónde vamos?, ¿de dónde venimos?, ¿estamos solos en la galaxia, o acompañados?", se cuestionaban en los ochenta Siniestro Total. Ese mundo, por un lado introspectivo y ensimismado y por otro lúdico y creativo, de los gallegos es la geografía que Manuel Rivas (A Coruña, 1957) recorre en Unha espía no reino de Galicia (Una espía en el reino de Galicia). Un libro recopilatorio de las respuestas que el escritor y periodista ha ido dando a esas mismas preguntas, en diversas publicaciones, desde 1990 hasta ayer mismo. Todas pasadas por el filtro de la ironía. "El humor es una estrategia de resistencia, de canto dentro de la jaula", asegura Rivas, que ayer presentó su obra en la Feria del Libro de A Coruña.
Unha espía son cerca de 70 breves piezas literarias, agrupadas en cuatro series. 'Galicia contada a un extraterrestre' es una versión ampliada y actualizada de un informe dirigido a un alien llamado Golf Oscar Delta (GOD), publicado en El País Semanal en 2001. 'Unha espía (1ª volta)' (La Voz de Galicia¸ 1990-1992) es el cuaderno de viaje de un espía que recorre la sociedad gallega en un autobús de pasajeros, "con esa vocación del gallego de observador que quiere pasar desapercibido, de flâneur en coche de línea". El agente usuario del transporte discrecional resucita una década después y un siglo más tarde en 'Unha espía (2ª volta)' (A Nosa Terra, 2003-2004). En la misma publicación echó a andar a comienzos de este año 'O Blog de Rumbar'
[rumbar: protestar, andar de farra, presumir], anotaciones sobre el tiempo presente en un cuaderno electrónico de papel.
Ironía
Pese a que son cuatro miradas, cuatro formatos y cuatro estilos, Unha espía está atravesado por una misma intención, la voluntad de explicar un cosmos local con instrumentos distintos de la ficción y del periodismo, y de hacerlo a través del prisma de la ironía "para intentar acabar con el lenguaje autoritario, apodíctico, que reina en la publicidad y en la política", y a la que se somete el propio autor (de hecho, el libro está firmado por Manuel O'Rivas, con el apóstrofo tradicional que la normativa idiomática desterró hace tiempo del gallego).
La Galicia que destila el libro de O'Rivas es un mundo dual, "como en el mundo submarino, en el que hay la zona llamada marca del miedo, las cuevas, la parte sombría y esquilmada, y el almeiro" (lugar de las almas), donde hay color de la vida y desovan y crían los peces. Es algo que refleja ya el mito de Santiago. Hay un Santiago Matamoros, a caballo, bajo cuya invocación el poder civil se arrodilla ante el integrismo religioso; y el Santiago a pie, cuyo símbolo es la vieira del peregrino y de Venus", reflexiona Rivas, que reconoce que ha pretendido construir "una visión opuesta a la identidad como narcisismo colectivo, la búsqueda de una identidad divertida y transformista".
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