Sin pena ni gloria
El Valencia dice adiós a Japón con un pobre triunfo sobre el Kashima
Hay expectación por ver cuál será el estilo del nuevo Valencia de Claudio Ranieri, convencido de la necesidad que tiene el campeón de Liga de contar con jugadores "de toque", gente capaz de abrir las rocosas defensas con que le saludarán la mayoría de sus rivales, según prevé el preparador italiano.
La gira asiática, que concluyó ayer con una victoria ante el Kashima, la primera de la pretemporada para el Valencia, aporta poca luz. Aparte de darse un baño de multitudes y abrir una tienda en Tokio, el grupo del italiano ha pasado sin pena ni gloria por los estadios nipones en cuanto a su juego se refiere. La defensa hizo agua en el primer amistoso, ante el Albirex (5-2). Ayer estuvo un punto más centrada, pero sin alardes. Ausente Ayala, la zaga careció de capacidad de intimidación ante los entusiastas jugadores japoneses, que, por su aspecto y brío, parecían atletas de 10.000 metros. Los nipones, entrenados por el gran Toninho Cerezo, se tomaron el partido en serio: no dieron una pelota por perdida y se defendieron con uñas y dientes, como si estuviera en juego su honor. Su entusiasmo llegó a resultar molesto para algún valencianista, como Angulo y Mista.
KASHIMA 0 - VALENCIA 1
Kashima Antlers: Ozawa (Sugiyama, m. 58); Narahashi, Kaneko, Oiwa (Ikeuchi, m. 69), Ishikawa (Otani, m. 84); Aoki, Fernando, Masuda (Fukai, m. 76), Nozawa; Araiba y Nakashima (Tanaka, m. 83).
Valencia: Cañizares; Curro Torres, David Navarro (Carboni, m. 46), Pellegrino, Caneira; Redondo (Rufete, m. 46), De los Santos (Jorge López, m. 61), Fiore (Parri, m. 61), Angulo; Di Vaio (Xisco, m. 46); y Mista (Salva, m. 61).
Gol: 0-1. M. 90. Angulo.
Árbitro: Nishimura (Japón). Amonestó a Kaneko y Curro Torres.
Unos 50.000 espectadores en el estadio Nacional de Tokio.
La velocidad impuesta por el Kashima puso en evidencia al plantel valencianista, que no encontró la manera de hincar el diente al conjunto japonés. El grupo nipón dio una grata impresión, cumpliendo a rajatabla las directrices del banquillo. El Kashima se plantó ante Cañizares con una facilidad pasmosa. A los 20 minutos, Nakashima desaprovechó una excelente ocasión tras burlar a la zaga española. Fue precisamente la escasa pegada del cuadro nipón lo que salvó al Valencia de salir escaldado de nuevo.
Como es tiempo de pruebas, Ranieri optó por De los Santos y Fiore como pivotes por delante de la defensa. El uruguayo no está capacitado para tomar el mando de un equipo diseñado para multiplicar la velocidad de su juego en cuanto atrapa el balón. Es demasiado lento y abusa del juego horizontal. Fue a partir de dos errores en el pase del Kashima como el Valencia creó sus únicas ocasiones de gol en el primer tiempo. En la primera, el canterano Redondo no llegó a tiempo a un centro de Fiore, que tampoco estuvo muy allá. En la segunda, Di Vaio chutó desde fuera del área con la zurda y el balón acarició el palo.
El bullicio de los japoneses disminuyó tras el descanso. El Kashima se desplomó de repente. La salida al campo de Rufete y Xisco dieron otro aire al Valencia, que comenzó a desbordar por las bandas. Salva dispuso de varias ocasiones, pero el delantero sevillano, que sustituyó a Mista en la segunda parte, parece gafado en cuanto se pone la camiseta del Valencia. Tuvo dos inmejorables oportunidades. Primero remató con la zurda un centro raso de Jorge López que salió a medio metro del poste derecho del meta local. Y luego, solo ante Sugiyama, golpeó la pelota con la nariz en vez de con la frente. Al final, contribuyó al gol de la victoria con un remate de cabeza, esta vez bien ejecutado, que rechazó el portero y Angulo acabó cazando para firmar la victoria de su equipo.
Angulo fue el más activo de una gira que finaliza con muchos interrogantes en torno al estilo del conjunto de Ranieri, que, sin duda, echó de menos a Ayala, Vicente y Baraja.
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