Hoon asiste en Gibraltar a un simulacro de ataque terrorista y al cambio de la guardia
A pesar del malestar del Gobierno español, el ministro de Defensa británico, Geoff Hoon, participó ayer en Gibraltar en varios actos que conmemoran el tercer centenario de la toma del Peñón. A la espera de los actos principales, que se celebran hoy, Hoon asistió por la mañana a un simulacro de ataque terrorista desde la Torre del Almirantazgo, situada en la base naval del puerto de Gibraltar, y posteriormente presenció un cambio de guardia en la residencia del gobernador, Richard Francis, que fue realizado por marines de la Marina británica en vez de por la guardia local.
Por la tarde, Hoon se reunió con militares, personalidades gibraltareñas y antiguos gobernadores del Peñón. Los gibraltareños celebran con entusiasmo el aniversario de la toma de Gibraltar por parte de los británicos. Banderas del Reino Unido adornan ventanas, terrazas y tiendas. Se pueden comprar camisetas que abogan por que la colonia británica conserve su actual estatus. Y los apoyos a la Marina británica son más que explícitos. La fragata británica Grafton celebró una jornada de puertas abiertas para que los gibraltareños pudieran visitarla.
Los actos tendrán hoy su colofón final. Un día especial en el que cerrarán todos los comercios. Por la mañana se formará una cadena humana en la periferia de la zona amurallada que pretende representar la unidad de los gibraltareños y a la que las autoridades del Peñón esperan que acudan miles de personas. Al mediodía, la Asamblea local aprobará la concesión del título Libertad de la Ciudad a la Marina británica por su papel en la toma del Peñón hace tres siglos. El acto solemne de la entrega del título se producirá por la tarde. En ese acto está previsto un desfile de unos 350 marines, algo que, según fuentes militares británicas, no ocurría desde hace años. A Hoon, que llegó al Peñón el pasado lunes acompañado por el comandante en jefe de la Marina, almirante Alan West, no se le reserva ningún papel destacado en estos actos, según fuentes gibraltareñas.
Las autoridades del Peñón prepararon ayer por la noche una fiesta callejera para los gibraltareños, que viven ajenos a la polémica suscitada por la visita de Hoon y a las quejas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. "El ministro debería haber venido antes", decía ayer José Luis Mascarenhas, un gibraltareño de origen portugués que tiene una tienda de fotografía en la calle Real y es extremadamente crítico con el Gobierno de Tony Blair. En su comercio, junto a fotos de la boda de John Lennon y Yoko Ono en Gibraltar, se pueden ver imágenes del submarino nuclear británico Tireless, que tantos quebraderos de cabeza ha dado a las relaciones entre el Reino Unido y España. "Mañana [por hoy] es nuestro día", afirma este gibraltareño.
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