Roger respira de nuevo

"No quiero atletas en las bandas. Quiero interiores creativos", repite hasta la saciedad Manuel Pellegrini, el técnico, chileno, del Villarreal. De esto se deduce que Roger García Junyent (Sabadell, 1976) tiene todos los números para tomar un gran protagonismo en el juego del conjunto castellonense. Y así es.

El ex jugador del Barcelona y el Espanyol, quien cumple su segunda campaña en el Villarreal, está ofreciendo su mejor versión en la actual edición de la Copa Intertoto, en la que ha marcado un gol: ante el Spartak, en Moscú. Su fútbol imaginativo, pero pausado, unido a su zurda de terciopelo, que se transforma en un duro y preciso martillo desde media y larga distancia, convencen a Pellegrini, que ya tiene titular en la banda izquierda.

Criado en la cantera del Barcelona, club en el que Johan Cruyff le hizo debutar en Primera en mayo de 1995, Roger pasó luego al Espanyol, en el que estuvo cuatro cursos. Luego, huyendo de sus problemas deportivos y económicos, dejó la entidad blanquiazul tras haber disputado su mejor temporada, la 2002-03, en la que consiguió nueve goles. Se decantó entonces por el proyecto de crecimiento del Villarreal y un salario convincente: un millón de euros al año.

El aire desganado y su aparente despiste para los quehaceres defensivos se toparon en un primer momento con el rigor del por entonces entrenador del Villarreal y ahora al frente del Mallorca, Benito Floro. Encorsetado en su tacticismo, Roger vivió con más melancolía que pasión sus primeros pasos vestido de amarillo.

Pero la renuncia en febrero de Floro y la llegada de Paquito supusieron un alivio, un respiro, para el medio catalán y su zurda recobró protagonismo en los chuts lejanos. Así, para el recuerdo queda el gol desde 50 metros que consiguió ante el Galatasaray, turco, en los octavos de final de la Copa de la UEFA. También con Pellegrini el viento le sopla a favor. Gran noticia para el Villarreal.