La política de promoción turística enfrenta de nuevo a Gallardón y Aguirre
El municipio, "indignado" con la Comunidad
Nuevo enfrentamiento entre Comunidad y Ayuntamiento de Madrid. Esta vez, por la política de promoción turística: el responsable municipal de Economía, Miguel Ángel Villanueva, anunció ayer que la ciudad formará su propio consorcio turístico con los empresarios, después de enterarse "por la prensa" de que el Gobierno regional ha creado el suyo a pesar de que ambas administraciones llevaban siete meses negociando un organismo conjunto. Villanueva está "indignado" por la actitud del equipo de Esperanza Aguirre, y éste replica que quien ha querido quedarse al margen del proyecto es Ruiz-Gallardón. Conclusión: si nadie rectifica, Comunidad y Ayuntamiento harán sus campañas turísticas por separado.
Este nuevo divorcio entre las dos administraciones madrileñas tiene menos consecuencias prácticas que el que protagonizaron, por ejemplo, a propósito del control de la empresa Metro, aunque condicionará toda la política de proyección exterior de la ciudad. La promoción de la candidatura olímpica Madrid 2012 será acaparada por el consorcio liderado por el Ayuntamiento, y lo mismo sucederá con las ferias internacionales de Ifema -cuya dirección corresponde al Gobierno municipal-. De este modo, Comunidad y Ayuntamiento tendrán que competir a la hora de organizar sus respectivas campañas turísticas.Que Madrid necesita un organismo, con participación privada pero impulso público, dedicado exclusivamente a publicitar la imagen de la región -y, especialmente, de la capital- es algo en lo que la presidenta Esperanza Aguirre y el alcalde Alberto Ruiz-Gallardón están de acuerdo. Lo están desde finales del año pasado, cuando los responsables de Economía de ambas partes comenzaron las conversaciones para crear un consorcio en el que estarían representados, además, otros ayuntamientos con proyección turística, la Cámara de Comercio y la patronal madrileña.
La cuestión era decidir qué margen de maniobra tendría cada Administración en ese consorcio. Al principio, la entonces concejal de Economía, Pilar Martínez, planteó su intención de que el Ayuntamiento pusiera más dinero y se hiciera, a cambio, con la mayoría en el organismo. Pero su homólogo en la Comunidad, el consejero Fernando Merry del Val, se negó en redondo.
Así que cuando Miguel Ángel Villanueva sustituyó a Martínez al frente de la concejalía, a finales del pasado marzo, rebajó las exigencias municipales. "Unos días después de tomar posesión de mi cargo almorcé con Merry del Val y le propuse que las dos administraciones tuvieran idéntica presencia en el consorcio", asegura Villanueva. Desde la Consejería de Economía replican que fueron ellos quienes lanzaron la fórmula de la paridad: un 42% para el Ayuntamiento, otro 42% para la Comunidad y el resto para empresarios y otros ayuntamientos. Eso sí, el Gobierno regional se negaba a compartir la presidencia del consorcio, como pedía el municipio.
Villanueva envió a Merry del Val sendas cartas el 11 de mayo y el 8 de junio, reiterándole su voluntad de consensuar una fórmula para crear el consorcio y planteándole una propuesta concreta de reparto de influencia. Obtuvo "la callada por respuesta". El siguiente contacto, según su versión, llega el 29 de junio, cuando el consejero se dirige a él, también por escrito, para invitarle a una reunión el 7 de julio en la que la Comunidad, empresarios y otros ayuntamientos van a decidir la constitución del consorcio. "No me lo podía creer", cuenta Villanueva. "Resulta que, tras meses de negociaciones bilaterales y después de negarse a responder a nuestras propuestas, ¡nos invitan a una reunión con todo el mundo!".
El dirigente municipal respondió con una tercera misiva, la víspera de la reunión, encabezada con el habitual "querido amigo Fernando", pero con un tono ya no tan amigable: "No considero oportuno acudir [a la cita del día siguiente] sin tener la certeza de que nos hemos puesto de acuerdo en los aspectos básicos del consorcio con carácter previo a cualquier reunión con el resto de instituciones públicas y privadas".
"Monté en cólera"
Dos semanas más tarde, el 22 de julio, Villanueva se enteró "por la prensa" de que el Consejo regional de Gobierno acababa de aprobar la creación de un consorcio turístico formado por la Comunidad, varios ayuntamientos, la patronal madrileña CEIM y la Cámara de Comercio. Y el 29 de julio recibió una carta del consejero informándole del nombramiento de la directora del consorcio, Anabel Mariño, e invitándole a participar. "Monté en cólera", confiesa el consejero delegado de Economía del Ayuntamiento.
Su respuesta la dio ayer, también a través de los medios de comunicación: anunció que el Ayuntamiento creará su propio consorcio, y que hará lo posible para que sea "el mejor". Villanueva no quiso precisar quién estará en ese organismo -sólo subrayó que CEIM y la Cámara de Comercio podrían perfectamente estar en los dos-, pero desde el gobierno municipal se daba por hecho que la promoción de Madrid 2012 y de Ifema será acaparada por el Ayuntamiento.
El consejero Merry del Val estaba ayer de vacaciones. En su lugar respondió al envite municipal la viceconsejera de Economía, Concepción Guerra. Y lo hizo rebajando el tono del enfrentamiento y, subrayando que, decida lo que decida ahora Ruiz-Gallardón, "el deber del Gobierno regional es defender los intereses de toda la Comunidad, no sólo los de la capital".
"La creación de un consorcio de turismo es una vieja reivindicación municipal. Ya lo pidió José María Álvarez del Manzano cuando en la Comunidad gobernaba el PSOE, y el PSOE se negó. Tampoco Ruiz-Gallardón, cuando era presidente, quiso acceder a compartir la política turística, aunque ahora lo pida", señaló Guerra. "De todas formas, a finales de 2003 los empresarios reclamaron ese consorcio, y la presidenta [Esperanza Aguirre] no tuvo problemas en aceptar".
La viceconsejera admite que en un organismo de ese tipo "el Ayuntamiento de Madrid debe tener un papel privilegiado", pero no "como para compartir la presidencia". De las cartas no sabe nada, porque ni las escribió ni las recibió ella, y al hecho de que Villanueva se enterara "por la prensa" de la constitución del consorcio no le da ninguna importancia. "Yo misma le telefoneé para invitarlo a la reunión del 7 de julio. Me dijo que no podía asistir y no sé más". De todas formas, Guerra confía en que la situación "pueda reconducirse". "Si quieren montar un consorcio propio, pues muy bien, nosotros lo respetamos. Pero yo dudo de que al final haya, efectivamente, dos consorcios de turismo", dice.
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