Un nuevo ataque suicida causa 70 muertos civiles en Irak

Irak vivió ayer una terrible jornada sangrienta, la peor desde la transferencia de soberanía al Gobierno iraquí, hace exactamente un mes. Un ataque suicida con coche bomba causó la muerte de 70 personas y heridas a decenas en Baquba, al norte de Bagdad. El kamikaze hizo estallar su vehículo explosivo junto a una cola de iraquíes que aspiraban a entrar en la nueva policía y mientras pasaba por allí un autobús lleno de civiles.

En el sur, en la carretera que une Bagdad y Kut, un enfrentamiento dejó siete policías iraquíes y 35 insurgentes muertos. Otros 40 fueron capturados. Los policías iraquíes estaban combatiendo con fuerzas estadounidenses y ucranias, pero sólo los locales resultaron muertos. Según algunas informaciones, los rebeldes habían penetrado en el país desde Irán.

Esos dos episodios fueron los más sangrientos de ayer, pero no los únicos. En Faluya, en Kirkuk, en Tikrit, en Bagdad o en Ramadi hubo varias víctimas por combates, bombas o misiles. En total, más de 120. En Ramadi, además, en pleno triángulo suní, los tres hijos del gobernador de la provincia Al Ansar, donde se sitúa esta ciudad, fueron secuestrados por hombres armados.

"La resistencia iraquí está en contra de todos estos ataques indiscriminados, pero alguien mantiene abierta la puerta a los yihadistas, que han hecho de Irak su campo de batalla contra Estados Unidos", afirmó en Bagdad el ayatolá Husein al Muayad. "Queremos que unos y otros nos dejen en paz. ¡Que se vayan!", afirma el farmacéutico Jalid Mohamed Alí.

Los ataques de ayer se produjeron cuando han llegado ya a Bagdad los mil notables designados para participar en una Conferencia Nacional que esta semana designará un embrión de Parlamento iraquí.