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Reportaje:

"El fuego no es un juego"

La Junta educa a los niños que viven en las faldas del castillo de Jaén para frenar la escalada de incendios

Ginés Donaire

Dicen que es mejor prevenir que curar. Y eso es lo que ha pensado la Junta de Andalucía, que ha decidido pasar a la acción ante la escalada de incendios forestales, la mayoría de ellos intencionados según los técnicos del Infoca, en las faldas del castillo de Santa Catalina de Jaén. La Delegación de Medio Ambiente reunió ayer a medio centenar de niños y niñas que viven en las barriadas del sur de la capital para, a través de diversas actividades didácticas y de ocio, trasladarles un mensaje muy claro: el fuego no es un juego.

Existe la certeza entre la policía autonómica -que es la encargada de investigar las causas de los incendios- de que varios de los fuegos producidos los dos últimos veranos y, probablemente, también los de este mes de julio estén relacionados con prácticas negligentes de los jóvenes que viven en los barrios más altos de la ciudad o, lo que resulta aún más chocante, debido a apuestas que se hacen para pegar fuego al monte por el mero placer de ver actuar a los helicópteros del Infoca.

Moisés, de 11 años, reconoce que le gusta ver en acción a los helicópteros, pero a pesar de su corta edad demuestra una gran sensibilidad por la naturaleza. "No sé cómo le pegan fuego al monte, los árboles es lo que nos permite respirar", comentaba ayer mientras escuchaba las recomendaciones que los técnicos del Infoca daban para prevenir incendios.

Moisés es uno de los chicos que participa en la escuela de verano Majarele 2004 organizada por la Asociación de Mujeres Gitanas Sinando Kalí. Ayer, todos ellos asistieron a una sesión monográfica sobre los incendios forestales. Escucharon una charla, participaron en juegos con el fuego como eje central, visitaron las instalaciones del centro operativo que el Infoca tiene en el cerro de Santa Catalina y conocieron muy de cerca los camiones autobombas y otros medios terrestres empleados en la extinción de los incendios.

"¿Sabéis que cuando se le pega fuego al monte se mueren los árboles y las ardillas y se pone en peligro la vida de las personas?", preguntaba en voz alta a los niños la delegada de Medio Ambiente en Jaén, Amparo Ramírez, para quien la concienciación ciudadana es la mejor terapia para cuidar el principal pulmón verde que tiene la capital jiennense.

Héctor, de 10 años, compartía la misma opinión y no ocultaba su enfado por los fuegos de los últimos días. "Tenemos que cuidar el monte porque es lo que nos da oxígeno", decía. El verano pasado, según explicó la delegada, uno de los conatos se produjo porque un grupo de chicos incendió un colchón abandonado en uno de los múltiples basureros de la zona.

Aprender a conservar

La presidenta de la asociación Sinando Kalí, Mari Carmen Carrillo, valoró el aspecto didáctico de la jornada impulsada la Delegación de Medio Ambiente. "Es bueno que se mentalicen sobre el respeto a la naturaleza y a la fauna y flora de la zona para que así aprendan a conservarla mejor". A la escuela de verano asisten niños gitanos y payos de las barriadas del casco antiguo jiennense. En muchos casos se trata de niños con altos índices de fracaso escolar y de absentismo con los que se incide en reforzar los aspectos pedagógicos.

La delegada de Medio Ambiente en Jaén explicó ayer que no hay novedades en la investigación sobre la autoría de los incendios del pasado fin de semana que arrasaron cerca de 20 hectáreas y que llevaron la zozobra a las casas más altas de las faldas del castillo jiennense por la cercanía de las llamas.

Según explicó el subdelegado del Gobierno, Fernando Calahorro, las dos líneas de investigación se centran en posibles intereses económicos y en la acción de algún pirómano con conductas patológicas. Desde el pasado lunes, agentes de la policía autonómica, de la policía local, de la Guardia Civil y del cuerpo nacional de policía se alternan en una vigilancia permanente las 24 horas del día, tanto de paisano como de uniforme, en las inmediaciones de los montes de Santa Catalina, el Neveral y La Mella. Es la misma medida que ya se adoptó el verano pasado cuando otros ocho incendios pusieron a prueba la eficacia de los técnicos que integran el Infoca.

Se de la circunstancia de que en el cerro del castillo de Santa Catalina se encuentran también el parador nacional de turismo y el hospital El Neveral para enfermos crónicos de enfermedades respiratorias. Las dos instalaciones han estado varias veces a punto de ser desalojadas por la cercanía de los fuegos.

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