El 'tigre' está enjaulado
Woods no gana un gran torneo desde 2002 y en el difícil campo de Troon peligra su liderato mundial
Hacía años que eso no ocurría, pero ante el inicio hoy del Open Británico de golf (Golf +, dial 51 de Canal Satélite) el campeón estadounidense Tiger Woods no parte como favorito en la mayor parte de las casas de apuestas británicas. Los brookers ofrecen menos dinero (6-1) por el surafricano Ernie Els que por el tigre (8-1). Sin embargo, son los únicos. En los difíciles links escoceses del campo de Troon, que acogió el abierto por última vez en 1997, todo el mundo está pendiente de qué ocurre con Woods: le siguen a todas partes, le admiran en los entrenamientos, le asedian pidiéndole autógrafos.
Allí él es la estrella. Mucho más que Ernie Els cuya única incursión en el palmarés de uno de los cuatro grandes se produjo en 2002, cuando precisó de cuatro hoyos en el play-off para acabar con la resistencia del francés Thomas Levet en el Open Británico. Lo que más se valora de Els es la regularidad que ha demostrado a lo largo de toda esta campaña. A sus 34 años, Els acabó segundo en el Masters el pasado mes de abril, concluyendo a un sólo golpe del estadounidense Phil Mickelson. Y más tarde, en el Open de Estados Unidos, mantuvo vivas sus opciones al triunfo hasta que acabó hundiéndose en la última jornada, cediendo el paso al futuro campeón Retief Goosen.
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Tiger: "Confío en mí mismo, pero, si hay mal tiempo y viento..., es un recorrido muy difícil"
Sus méritos tampoco son tan serios si se comparan con los del estadounidense que, a sus 28 años, tiene uno de los palmarés más brillantes de los jugadores que siguen en activo. Woods ha ganado ocho títulos del Grand Slam, entre ellos el British Open en 2000, y tras una larga etapa de dudas y cambios parece haber recuperado todo su potencial y las ganas de seguir jugando. El problema que ha llevado a los brookers a desconfiar de él es que sus mejores años parecen estar ya enmarcados en la historia: todos sus títulos grandes los ganó entre 1997 y 2002. Pero cuando se impuso en el Open de Estados Unidos hace dos años, su estrella pareció apagarse.
No por completo, puesto que en 2003 ganó cuatro títulos del circuito y este año repitió título en el Accenture Match Play Championships. Pero para un hombre acostumbrado a entrar en el palmarés de los grandes, mantener sólo el liderato de la clasificación mundial no basta. Además, en el Open Británico pone en cuestión incluso el trono de número uno que ha mantenido desde agosto de 1999. Si no logra concluir entre los 17 primeros y Els, segundo actualmente, es el campeón, perderá el liderato en favor del surafricano.
"Confío en mí mismo", asegura Woods, ante los detractores que le sitúan lejos del triunfo. "La gran dificultad de este campo la plantea el tiempo. Si el viento no sopla con fuerza, podremos realizar buenos resultados. Pero si hay mal tiempo y viento, el campo se convierte en muy difícil, especialmente los últimos nueve hoyos".
"Van a ver muchos birdies e incluso puede que algún eagle en los primeros nueve hoyos", agrega Mark Calcavecchia. "Sin embargo, si el viento silba, y creo que lo hará, a partir del 10º va a empezar lo divertido". En la segunda parte del campo, la mayoría son hoyos largos que culminan con un par cinco (el 16º), pero también hay dos cortos, uno de los cuáles requiere un buen golpe con un hierro 7 de salida. El viento obliga a muchos ajustes con los hierros y las maderas.
Entonces, los grandes jugadores sufren. Y algunos acaban maldiciendo el campo, al igual que ocurre en el torneo de tenis de Wimbledon, donde mantener la calma ante las adversidades climatológicas es casi tan importante como contar con el mejor saque y el drive más potente. "El campo ha cambiado poco en los últimos años: sólo algunos bunkers, algunos tees y algunos nuevos enfoques", explica Tom Weiskopf, que ganó el Open Británico en este mismo campo en 1973. "Como siempre, los últimos nueve van a ser dramáticos".
El buen momento de García
En la corta lista de aspirantes al triunfo, se sitúan también los ganadores de los dos grandes anteriores Retief Goosen y Phil Mickelson, el ganador del último open británico, Ben Curtis, el jugador de las Islas Fidji Vijay Singh y también el español Sergio García.
Las ausencias de los dos únicos españoles campeones en el Grand Slam, Severiano Ballesteros -triple ganador en el Open Británico- y José María Olazábal, dejan el testigo al castellonense, Ignacio Garrido y Miguel Ángel Jiménez. El cántabro sigue con problemas en la espalda, mientras que Olazábal no logró clasificarse. Será su segunda ausencia desde 1984.
García llega en un buen momento, tras reconciliarse con el triunfo por partida doble este año. "En Troon todo es distinto", afirma. "Hay que pensar en el viento y tener claro todo lo que quieres hacer". A sus 24 años, Sergio sigue buscando su primer grande. Tiene opciones. Su principal rival, el tigre, parece enjaulado. Pero en los difíciles links escoceses podría liberarse.
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