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ICV: una asamblea para avanzar

Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) ha celebrado durante los días 9, 10 y 11 de julio su 8ª Asamblea Nacional. En este marco se han analizado los resultados del periodo que se abría el año 2000 con la elección de Joan Saura como presidente de ICV y que ha culminado con los cuatro procesos electorales vividos durante los últimos 12 meses.

ICV ha cerrado esta etapa con unos buenos resultados en las recientes elecciones europeas. En unos comicios marcados por la abstención y la bipolaridad PSOE-PP, ICV, que carecía de presencia en el Parlamento Europeo, ha pasado a ser una de las cuatro fuerzas políticas (junto con Convergència Democràtica de Catalunya, Partido Nacionalista Vasco e Izquierda Unida) que dispondrán de eurodiputado durante los próximos cinco años. La bipolarización ha dejado sin representación a grupos como el Partido Andalucista, Coalición Canaria, Unió Democràtica de Catalunya y el Bloque Nacionalista Galego: en este último caso se ha producido la paradoja de que unos pocos votos han comportado que un punto de referencia de la izquierda gallega, Camilo Nogueira, haya perdido su escaño cuando se ha presentado junto al centro derecha catalán y vasco. Por otra parte, Esquerra Republicana (ERC) ha visto truncados sus buenos resultados y, al tener que compartir el escaño obtenido con Eusko Alkartasuna y Chunta Aragonesista, quedará fuera de la Cámara europea durante casi la mitad de la legislatura.

El trabajo institucional debe ser una ayuda y un estímulo para fortalecer la organización

ICV ha conseguido afianzarse durante los cuatro procesos electorales como uno de los cinco espacios del mapa político catalán. Los que en 1999 la daban por enterrada se equivocaron. Iniciativa se instala en un volumen de voto situado entre el 6% y el 11%. El 7,2% obtenido en los comicios europeos es idéntico al de los verdes franceses, y el 13% de los verdes alemanes, conseguido por cierto desde el Gobierno de coalición con el Partido Socialdemócrata, demuestra que existen posibilidades reales de crecimiento.

Una de las características de esta asamblea ha sido que Iniciativa la ha abordado como fuerza de gobierno: uno de los principales objetivos de ICV era forzar la existencia de un Gobierno tripartito de izquierdas en Cataluña. Las elecciones al Parlament lo hicieron posible y con la mejor de las hipótesis: los votos de ICV fueron necesarios para construir una nueva mayoría.

El espacio de Iniciativa ha pasado en los últimos años del eurocomunismo que definía al Partit Socialista Unificat (PSUC) a su identificación como fuerza de izquierda verde nacional. Raül Romeva se ha integrado en el Grupo Parlamentario Verde Europeo. Una de las fuerzas representativas del ecologismo político, Els Verds-Esquerra Ecologista, se ha incorporado a ICV en el marco de la 8ª Asamblea. La base social y electoral de Iniciativa, concentrada en la clase trabajadora del área metropolitana, se ha ampliado a sectores jóvenes, profesionales, universitarios, vinculados muchas veces a actividades en defensa del territorio, la paz o la solidaridad, y a la vez se ha extendido por todo el país: hoy ICV recibe apoyo electoral similar en Santa Coloma de Gramenet (Barcelonès) y Santa Coloma de Farners (Selva). Una de las principales tareas de ICV es ahora saber hacer compatible esa nueva imagen ecologista con su apuesta inequívoca por la izquierda renovada que lucha contra las desigualdades sociales.

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La Asamblea ha superado los principales retos que tenía planteados. La presencia y las intervenciones de los partidos verdes europeos de Alemania, Austria, Holanda, Francia, Noruega y Escocia han supuesto el reconocimiento público en Cataluña de ICV como parte de una de las grandes familias de la izquierda europea. ICV ha adoptado las medidas necesarias para estructurar organizativamente las posibilidades reales de crecimiento político y territorial y para capitalizar las aportaciones programáticas y la buena gestión de Joan Saura y Salvador Milà en el Gobierno catalán. ICV también ha profundizado en uno de sus rasgos originales: el radicalismo democrático. La elección de presidente por parte de todos los afiliados, o la utilización del referéndum interno para decidir las grandes cuestiones políticas, incorporadas a los estatutos de ICV en el año 2000, están siendo ya adoptadas por otras fuerzas políticas. Este mecanismo permitirá un debate a fondo sobre la Constitución europea, lejos de la improvisación y los sobresaltos con los que ha tropezado Convergència Democràtica en su congreso.

ICV busca el apoyo de los ciudadanos que se identifican con la izquierda verde nacional. Al mismo tiempo, trabaja convencida de que muchos votantes del Partit dels Socialistes, ERC y Convergència i Unió pueden sentirse atraídos por una fuerza política que sabe combinar rigor y radicalidad. ICV es consciente de que no debe encerrarse en las instituciones: el trabajo institucional debe ser una ayuda y un estímulo para fortalecer la organización y arraigarla en los sectores más activos de la sociedad. Para seguir avanzando.

Jaume Bosch es vicepresidente de ICV

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