Chavales escriben sobre la paz
Los jóvenes del Campamento del Fórum realizan un libro sobre sus sueños
Nosotros debemos soñar, porque a veces los sueños se hacen realidad es el título que han elegido los chavales del Campamento de la Paz para el libro que han elaborado durante los días que ha durado el Parlamento de las Religiones. La obra de estos precoces escritores, que tiene una extensión de 20 páginas, propone una receta para alcanzar la paz y la armonía. Los redactores del libro coincidieron ayer en su parlamento en el Speakers' Corner del Fórum sobre los valores que la humanidad debe poner en práctica a pesar de su procedencia dispar: amor, amistad, salud, paz y libertad.
Un libro corto, de sólo 20 páginas, constituye en realidad un estuche que guarda auténticas joyas. "Que el poder no haga la diferencia para expresar libertad, amor y el tener salud, vivir en armonía y conseguir el éxito", escribió un grupo de chicos mexicanos. Para redactar el libro, se formaron ocho grupos que debían elaborar páginas: en la primera los muchachos explican los valores necesarios para alcanzar su mundo de ensueño y en la segunda ilustran sus ideas a través de un símbolo. Escribieron frases cortas, repasadas con múltiples colores, y hasta palabras inconexas. Dibujaron palomas, corazones, puertas abiertas y un tambor africano que, según explicó la mozambiqueña Ángela, sirve para tocar en las iglesias de Maputo. La sencillez de los trabajos es una prueba de la ilusión y la confianza con la que estos chavales ven el mundo.
Aila, una muchacha de Sarajevo, cree que no importa cuánto se tenga ni se consuma, puesto que al final lo que queda es si uno ha sido o no feliz. "Esto no se puede comprar con el dinero, como tampoco la amistad. Durante la guerra que sufrimos [en Bosnia-Herzegovina] no tuvimos la libertad que se necesita para ser feliz. Y es muy importante que los niños de todo el mundo puedan expresar sus creencias", aseguró Aila. Un chaval argelino, Amer, expresó de otra forma su imagen de paz: "Es el mar, que te hace sentir libre; el amor, que te permite notar el cariño, y la libertad, con la que te puedes expresar", afirmó.
"En nuestro mundo debe haber salud y alegría, con música y fiesta para todos. Pero no la concentración de poder", espetó la toledana Lorena. En ello convinieron el italiano Andrés, la mozambiqueña Ángela, la india Rashida y la uruguaya Joana.
Después de los parlamentos, los muchachos plasmaron su visión del mundo en un espectáculo demoledor. La representación arrancó con la imagen de un planeta pacífico que se turba por culpa de la corrupción del bienestar. Pero en el caos quedan personas que, como los chicos del campamento, creen en la paz, lo que conduce a restablecer la armonía. Para celebrar esta conversión, todos los muchachos saltaron encima de la tarima para bailar con desenfado el tema Happy world que la formación Blue 4 You popularizó hace algunos veranos.
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