Argal, a salvo de las multinacionales
Los nuevos directivos-propietarios sacan a flote la empresa cárnica en la que antes fracasaron los proyectos de British Petroleum y Sara Lee
En 2000, el grupo cárnico Argal, propiedad de la norteamericana Sara Lee, arrastró pérdidas de unos 10 millones de euros. En 2001, la empresa repitió los mismos resultados y la multinacional decidió abandonar el sector y la actividad en España vendiendo la misma a un grupo de directivos. Un año más tarde, la cárnica inició una carrera de resultados positivos que continuó en 2003. En dos años, el grupo ha pasado del peligro de desaparición a su consolidación como empresa mediana cárnica.
"Aquí no hay milagros", señala el director general, Antonio Escribá. "El cambio de resultados no ha sido una coincidencia, sino la consecuencia de una serie de acciones como la estabilidad en la gestión, el cambio de la estructura del grupo, el recorte de gastos innecesarios, el cambio de objetivos y el desarrollo de productos con la mirada puesta en los mercados. Todo ello se ha traducido no solamente en beneficios, sino en la consolidación de un grupo con la mirada en el futuro".
La empresa ha puesto en marcha un plan para aumentar la exportación, que ahora sólo supone el 10% de las ventas
Frente a los procesos de concentración capitaneados por Campofrío, y el crecimiento de otras firmas como Fuertes, Frimancha-Vall Companys o Proinserga, en el ámbito de la comunidad catalana se ha frenado un viejo proyecto para la constitución entre varias medianas empresas de un nuevo grupo. "Nosotros avanzamos por el momento en solitario, pero sin renunciar a acuerdos puntuales", señala Escribá. El 90% de las acciones del grupo está en manos de los socios directivos y, por el momento, no se plantea la entrada a nuevos socios.
Un largo camino
Argal, con 90 años de vida, ha pasado de ser una empresa navarra familiar a un grupo mediano en el sector de la carne, con una facturación el último ejercicio de 115 millones de euros. El grupo navarro fue propiedad de la empresa avícola Porta Labata para pasar luego por las manos de la petrolera British Petroleum y finalmente por la multinacional norteamericana Sara Lee.
En 2001, la multinacional dio por fracasado su proyecto en el segmento cárnico español. Su salida dio paso al acceso a la propiedad de la sociedad por parte de un grupo de directivos encabezados por Antonio Escribá y Josep María Orteu, con el respaldo de Cajamadrid, que asumían el reto de levantar la empresa. A favor del reflotamiento de la sociedad figura el hecho de que la multinacional norteamericana se hiciera cargo de unos números rojos con entidades financieras de unos 72 millones de euros. Partiendo de unas deudas cero, los nuevos ejecutivos afrontaron el reto de levantar el grupo cárnico contando con créditos por unos 12 millones de euros que actualmente ya se han devuelto.
En un primer momento, los nuevos responsables de Argal barajaron llevar a cabo un pacto con otras empresas del sector para tener un socio complementario, tanto en la producción de materia prima como en los procesos de comercialización. En este momento se ha descartado esa posibilidad. Se había pensado en el grupo catalán Vall Companys. En el campo de la producción, el aprovisionamiento de la materia prima se ha resuelto con pactos puntuales con varios grupos de ganaderos de la zona. Argal y las empresas ganaderas proveedoras acuerdan precios de coste y a la vez suscriben condiciones de calidad, desde la genética de los animales a las condiciones de nutrición de los mismos.
En la parte industrial, hasta la fecha el único acuerdo de Argal ha sido el suscrito con el grupo La Piara por el que la empresa cárnica distribuye a través de su red los patés de esa marca propiedad del grupo Nutrexpa.
El futuro del grupo Argal está marcado por un plan de expansión con el horizonte de 2007, en el que se prevén inversiones de unos 35 millones de euros. De esa cifra, 10 serán para ampliación y mejora de instalaciones en Fregenal de la Sierra, en Extremadura, y 25 millones más para la mejora de estructuras en el resto de las plantas del grupo.
La exportación supone una de sus asignaturas pendientes, al suponer sólo el 10% de las ventas. Para superar esa situación se ha puesto igualmente en marcha un plan de expansión, sobre todo en los países comunitarios.
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