Dmitri Dudkó, sacerdote ortodoxo ruso y disidente
El sacerdote ortodoxo Dmitri Dudkó, que sufrió la represión durante la era de Stalin y fue un ídolo de la disidencia soviética, pero que en los últimos años de su vida alabó al sanguinario dictador bolchevique y se convirtió en guía espiritual de conocidos nacionalistas, falleció el lunes 28 de junio, en Moscú, a los 82 años.
Dos veces prisionero de conciencia -en 1948, en tiempos de Stalin, fue detenido y pasó ocho años en un campo de concentración, y en 1980, en época de Leónidas Brezhnev, fue encarcelado de nuevo-, Dudkó reapareció a principio de la década de los noventa con un furioso discurso contra los demócratas reformistas.
El periódico nacionalista Dien (Día) y, cuando éste fue prohibido, su sucesor, Zavtra (Mañana) -ambos dirigidos por el escritor Alexandr Projánov-, hizo de Dudkó su guía espiritual.
"Nunca intervine contra el poder soviético", confesó Dmitri Dudkó en las páginas del periódico de Prójanov, "sólo lo hice contra la falta de fe", contra el ateísmo, que fue "un mal, tanto para el pueblo como para el poder".
En sus sermones y artículos de las décadas de los sesenta y setenta Dudkó afirmaba en el Estado soviético ateísta que la falta de fe era precisamente la fuente de la degradación moral, de la pérdida de los valores familiares y del alcoholismo.
Fueron esos discursos y textos, así como las tertulias que organizaba hasta muy entrada la noche y en las que respondía a todas las preguntas de los fieles, que motivaron su segundo encarcelamiento.
El primero ocurrió cuando estudiaba en el monasterio moscovita de Novodévichi y fue acusado retraocativamente de "propaganda antisoviética" por unos poemas religiosos publicados durante la Segunda Guerra Mundial -en la que combatió- y que habían aparecido en algunos periódicos publicados en territorio ocupado por los nazis.
Una recopilación de sus sermones de la época soviética fueron publicados en el año 1977 en Nueva York bajo el título de Nuestra esperanza.
Pero cuando la democracia llegó a Rusia, Dudkó optó por unirse a sus enemigos y comenzó a alabar a Stalin. "Es hora de reahabilitar a Stalin. El pueblo, robado y engañado, ahora suspira por él"; "Stalin nos fue dado por Dios, él creó esa potencia que fue la URSS", escribió Dmitri Dudkó, que llegó a pedir la canonización del dictador.
Dudkó condenó a los refomistas rusos y al capitalismo occidental por adorar el dinero y sembrar la pobreza en Rusia.
Partidario de la "unión real" entre ortodoxos y marxistas, hizo campaña a favor del líder comunista Guennadi Ziugánov durante las elecciones presidenciales.-
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