_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Contrastes

Tras ver un CD con los finalistas entre las propuestas que se presentaron al concurso de proyectos pasa la Plaza de la Encarnación, me ha sorprendido esa moda de textos y dibujos tan trabajados y atractivos como ininteligibles. Lo que sí se comprende es que han estudiado la ciudad a fondo, el clima, los gustos y las costumbres. Hay un proyecto en el que se entiende que incluye tres torres y que está bien, pero el más claro de todos es "Metropol parasol", el que hemos visto en la prensa con fotografías que no hacen justicia a un proyecto muy elaborado, con planos concretos y muy espectacular. Es el proyecto elegido.

El resultado es más o menos discutible, entre otras cosas porque, encerrado entre los edificios colindantes, no parece posible encontrar una perspectiva desde la que se pueda ver completo -un detalle que tuvieron muy en cuenta con el Guggenheim de Bilbao-; pero da gusto ver la presentación del proyecto, con una planta muy bonita, como ameba que invade todo el espacio. Las perspectivas dibujadas son espectaculares; el camino curvo hacia el mirador es como de una gran urbe y se antoja pasearlo; el gran espacio frente a la entrada para descanso o juegos es muy atractivo, aunque se echan de menos algún que otro árbol -nuestro problema de siempre-; el mercado, cubierto y con agujeros en el techo, está perfectamente ordenado; los cortes verticales son estupendos; y el diseño completo que es un juego de curvas agujereadas muy coherente.

A través de una apertura se comunica visualmente el mercado con el museo y con un espacio para actividades culturales como música o flamenco, según indican en el texto del proyecto. Ojalá que esa cultura no moleste a los vecinos en las horas de sueño porque se trata de un espacio abierto.

En los dibujos se contempla también una "vegetación cambiante" colgando de los troncos o pilares de los parasoles que tienen colores desagradables, pero eso, más que un proyecto, es una intención. No sabemos lo que va a salir.

En su conjunto es una forma extraña y moderna que contrasta con las edificaciones de la ciudad y que, a mi parecer, a pesar de estar encerrado en las estrecheces de nuestro urbanismo, si se puede ver bien, ese contraste puede resultar bonito y espectacular.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_