Un niño de cinco años pierde un brazo al volcar un microbús
El conductor y otros siete menores, que iban a un campamento, heridos en el accidente
Un niño de cinco años sufrió ayer por la mañana la amputación del brazo derecho en Pozuelo de Alarcón, al volcar el microbús en el que era trasladado con otros 17 chavales a un campamento de inglés en la vecina localidad de Boadilla del Monte. Según las primeras investigaciones, el conductor del microbús se saltó una señal de ceda el paso y volcó tras ser golpeado por un autobús de línea regular. En el accidente resultaron heridos otros siete niños y el conductor del vehículo, que también sufrió una crisis nerviosa, según informó un portavoz de Emergencias 112.
El microbús había iniciado una ruta por Pozuelo en la que iba recogiendo a los chavales que iban a participar en un campamento de inglés en el centro Bonanza de la urbanización Las Lomas de Boadilla del Monte. En su interior viajaban 17 chavales con edades entre 5 y 13 años, además del conductor y una monitora. Faltaban por recoger otros dos alumnos.
El accidente se produjo sobre las 9.15 a la altura del número 16 de la calle de Zamora, cerca de la de Pontevedra, en la urbanización La Cabaña de Pozuelo de Alarcón. Supuestamente, el conductor del microbús circulaba a mayor velocidad de la permitida en esa calle (unos 30 kilómetros por hora). En ese momento llegó al cruce y se saltó un ceda el paso, sin percatarse que llegaba un autobús de la empresa Llorente. Este último le golpeó en la parte trasera, lo que provocó que volcara sobre su lado derecho.
Como consecuencia del accidente, un niño de cinco años quedó aprisionado por el brazo derecho entre los amasijos de hierros en los que quedó convertido el microbús. La gravedad de las heridas que sufría en la extremidad impidió que le fuera reimplantada. Los bomberos de la Comunidad de Madrid tuvieron que emplear cojines neumáticos para elevar el vehículo y poder liberarlo. El pequeño, que estuvo consciente en todo momento, fue sedado por los facultativos del Summa. Una UVI de este servicio lo trasladó al hospital La Paz, en la capital, donde anoche continuaba ingresado con pronóstico grave.
Los vecinos de la zona sacaron agua y toallas para atender a los niños y curarles las heridas. Sin embargo, éstas fueron producidas por los cristales que tenían incrustados en la piel, por lo que tuvieron que esperar la llegada de médicos. Un vecino de la zona, el propietario del chalé sito en la calle de Zamora, número 13, abrió su propiedad a los servicios de emergencia para que los chavales fueran atendidos en su jardín y evitar que continuaran en el lugar del accidente, con el consiguiente estrés.
Fueron atendidos siete chavales, cinco de los cuales recibieron el alta en el lugar. Los otros dos, de 8 y 12 años, fueron trasladados al hospital La Paz. El conductor del microbús, que fue uno de los primeros en avisar al teléfono de emergencias 112, sufría policontusiones, además de una crisis nerviosa. Una ambulancia de Protección Civil de Boadilla lo trasladó al hospital Puerta de Hierro.
El 112 centralizó la información a los padres de los chavales para que supieran dónde y cómo se encontraban.
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