Pizarro será el portavoz y coordinará a las ocho agrupaciones andaluzas en el congreso del PSOE

"Va a ser un congreso para disfrutarlo, más que otra cosa". Esta frase de un dirigente provincial resume en cierta medida el estado en el que acuden los socialistas andaluces al 36º Congreso Federal del PSOE que comienza hoy. La federación andaluza, que representa casi el 24% del cuerpo electoral de la asamblea, asiste en esta ocasión unida en torno al proyecto del secretario general José Luis Rodríguez Zapatero, que recibirá el respaldo unánime de las ocho agrupaciones a su gestión. El secretario de Organización, Luis Pizarro, coordinará el trabajo de los delegados andaluces y será su portavoz en el debate de gestión, según acordaron anoche los secretarios provinciales.

Ni los más veteranos recuerdan un congreso federal del PSOE tan tranquilo, aunque siempre en los cónclaves socialistas hay que contemplar un capítulo para imprevistos. En la memoria perdura el congreso en el que fue elegido hace cuatro años Rodríguez Zapatero por tan sólo nueve votos de diferencia frente a José Bono, el candidato que concitaba el apoyo del aparato de Andalucía, pero no la unanimidad de la federación.

Ese congreso es ya historia y ahora todos los delegados se sitúan bajo el paraguas del que es no sólo líder del PSOE sino presidente del Gobierno, tras su inesperado triunfo electoral el pasado 14 de marzo.

En la reunión que celebraron el pasado martes en Sevilla los ocho secretarios generales con el secretario general del PSOE, Manuel Chaves, se acordó que las agrupaciones provinciales trabajasen de manera coordinada en el 36º Congreso Federal, un trabajo que realizará el secretario de Organización, Luis Pizarro. También se hizo explícito una vez más el apoyo a Manuel Chaves para que lleve la interlocución sobre la composición de la futura ejecutiva federal.

En esa reunión sólo salieron a relucir dos nombres -los de Manuel Chaves y Alfonso Perales- como propuestas claras para estar en la dirección: el primero como presidente del partido y el segundo en una secretaría del área política. No será hasta esta noche o el sábado cuando surjan otras propuestas en firme, una vez que se sepa cuál será la estructura de la dirección. Si hay una ejecutiva más reducida -la actual la integran 24 personas-, Andalucía verá mermados los cinco puestos que ocupa ahora -la presidencia, tres secretarías de área y una vocalía-.

En función del número de miembros y de la paridad, la ejecutiva regional también ha puesto encima de la mesa el nombre del ex presidente del Parlamento, el granadino Javier Torres Vela. La almeriense Consuelo Rumí también tiene posibilidades de continuar aunque no como responsable del área de Políticas Sociales, mientras que se da por segura la salida de José Asenjo, y como muy probable también las de de las secretarias de Igualdad, Micaela Navarro (es consejera del Gobierno andaluz) y de Consumidores y Usuarios, la sevillana Isabel Pozuelo.

Al contrario que los almerienses, que apoyan la continuidad de Rumí, un destacado dirigente de la agrupación de Sevilla respondió lacónicamente respecto a la diputada sevillana: "En el 35º congreso entró porque lo planteó la dirección regional y ya está. Vamos a ver cómo se plantea este".

Esta respuesta tiene que ver con la reflexión expresada el pasado miércoles por el secretario provincial, Luis Navarrete, quien, en una reunión con los 52 compromisarios sevillanos, insistió en la "necesidad" de que Sevilla, la provincia que obtiene mejores resultados electorales de toda España, "se pueda sentir representada" en los órganos federales y regionales.

Algunas fuentes consideran esta opinión como una queja y "una llamada de atención" a la dirección regional, ya que no se trata tanto de haya o no alguien de Sevilla -Pozuelo lo es- sino de que esa persona sea del núcleo de confianza de la dirección provincial. "Hay una cierta frustración porque no estamos en los órganos de decisión", afirman.