_
_
_
_
Crónica:Eurocopa 2004 | Los holandeses se medirán a Suecia en los cuartos de final
Crónica
Texto informativo con interpretación

Gloria a la dulce y festiva Holanda

La selección de Advocaat arrolla a Letonia, menos atrevida que en los partidos anteriores, y aprovecha el fallo de Alemania

Ramon Besa

La dulce y festiva Holanda eliminó en la distancia a la poderosa y resultadista Alemania. Nada sorprendente, por una vez, si se atiende al fútbol de ambos equipos en el presente torneo. Unos sometieron a Letonia en Braga con una tunda futbolística mientras los otros eran incapaces de defender un gol de ventaja ante la República Checa en Lisboa. A ratos, Holanda estuvo hasta preciosa, en la grada y en la cancha, y después se abandonó un poquito, como es su costumbre, para relamerse, nuevamente, en un final precioso. Hasta anoche, se había quedado a mitad de camino en cada partido: mal y bien contra Alemania y espléndida y fatal ante la República Checa. Ayer, en cambio, estuvo tan exuberante como su afición, que ha tomado Portugal de sur a norte.

Los holandeses jugaron con determinación y buen gusto en un gesto de autoridad
Van Nistelrooy se frotaba las manos porque cada cinco minutos le caía una pelota de gol

Arropada por esta hinchada, que retransmitía a coro el partido que Alemania jugaba en Lisboa, y animada por la estética del estadio municipal de Braga, un campo que evoca el espíritu más campestre y romántico del fútbol, la selección de Advocaat se fue a por el partido con determinación y buen gusto en un gesto de autoridad. Recordó al equipo de toda la vida, el mismo que juega con tres medios, dos extremos bien abiertos y un delantero centro, siempre desplegado, con la cara al frente, nada de plegarse al dibujo convencional que vence cada cierto tiempo. La buena dinámica de Seedorf, Cocu y Davids y los cambios de orientación de Frank de Boer activaron a Robben y Van der Meyde, muy bien perfilados en las bandas, mientras Van Nistelrooy buscaba el punto de penalti. Jugaba Holanda a un buen ritmo, tocaba fácil, nunca se había gustado tanto en el torneo.

Letonia pasó una mala noche. Parapetada en Kolinko, un portero de muy buen ver, resistía como podía, sin posibilidad de tirar una contra, solitario como se quedaba Verpakovskis porque los medios no daban abasto en sus ayudas a los zagueros. Muy exigida defensivamente, perdió cualquier encanto y expresó una sospechosa vulnerabilidad. A cada llegada holandesa, rozaba la falta, el penalti, el córner. Arrollaba. Van Nistelrooy se frotaba las manos porque cada cinco minutos le caía una pelota de gol.

Pasada la media hora ya se había escrito el signo del partido. Van Nistelrooy había metido dos goles en dos acciones en que, como ariete, sólo le tuvo que poner la firma a la jugada: transformó un penalti muy opinable sobre Davids y remachó una asistencia de Cocu después de un centro de Seedorf. Letonia no daba abasto, sorprendida por su rival, demasiado confiada quizá después de exhibir su robustez frente a la República Checa y Alemania. El equipo de Starkovs se tiró una panzada de correr cuando Verpakovsis había pronosticado que les podía valer un gol para entrar en los cuartos de final de la competición.

Tomó aire Letonia en el descanso y apareció más fresca, enchufada por fin al partido, mejor colocada en el campo, tanto que le disputó la pelota a Holanda. Rubins, un volante que se maneja muy bien con la zurda, remató espléndidamente nada más ponerse la pelota en juego y poco después Lobanovs chutó al palo desde la media distancia. Hasta Verpakovskis parecía haber cogido la onda al encuentro. Muy desconcentrada y hasta holgazana, Holanda tuvo que espabilarse para ponerse a salvo. Reaccionó a tiempo y retomó el mando después que Robben rematara malamente una preciosa internada por su banda.

Exquisito ante la República Checa, Robben se reafirmó ayer como el extremo zurdo titular de Holanda. El nuevo fichaje del Chelsea es el único de los futbolistas de la nueva generación holandesa que se ha afianzado en la alineación. Advocaat ha preferido reorganizar la divisoria con jugadores de la vieja escuela (Seedorf, Cocu y Davids) antes que apelar a jóvenes del talento de Sneijder o Van der Vaart, que acusaron seguramente su estreno, y tendrán sus minutos en los partidos que han de venir.

El oficio de los veteranos y la pujanza de Robben resultaron decisivos para que Holanda recuperara la pelota y redujera de nuevo a Letonia. Advocaat se quedó tan a gusto con cuanto pasaba en el campo y las buenas noticias que le llegaban de Lisboa, con Alemania más sometida que nunca por los checos, que le dio descanso a Van Nistelrooy y sacó a Makaay, inédito hasta ayer en el torneo, aunque más disciplinado y jugador de equipo que Kluivert, ninguneado por activa y por pasiva.

Makaay cumplió como goleador que es, y metió el tercero, en una nueva jugada de Robben, como mandan los cánones del fútbol holandés. La productividad ofensiva de Holanda exigía una goleada, y así ocurrió en una noche oranje por excelencia. Vuelve por fin el buen sabor del fútbol holandés.

Van Nistelrooy celebra su primer gol.
Van Nistelrooy celebra su primer gol.EFE

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_