"La 'catedral' me transforma"
Feliciano López, octavofinalista en los últimos dos años, se motiva en la hierba londinense
Wimbledon abre hoy sus puertas. Durante los próximos 15 días, el All England Club va a convertirse en la pesadilla de la mayor parte de tenistas que estarán compitiendo para conseguir la gloria. Hay muchos aspectos del torneo británico que lo convierten en insoportable: las diferencias entre los principales cabezas de serie y los demás, la falta de pistas para entrenamientos, los problemas de transporte, las largas esperas y las suspensiones de los partidos por culpa de la lluvia, la pésima comida.
Si uno evalúa todo eso, lo mejor es coger la maleta y largarse a casa. Sin embargo, hay algunos jugadores que han sido capaces de asumir que estas situaciones forman parte del sacrificio necesario para ganar el torneo, y esos son los verdaderos candidatos al triunfo final. Durante muchos años en España se divulgó la leyenda de que "la hierba es para las vacas". La participación española fue realmente corta entre la etapa de Manuel Santana, Andrés Gimeno y Manuel Orantes y la de Sergi Bruguera, Emilio Sánchez, Joan Aguilera y Sergio Casal.
"Firmaría el final de mi carrera con este título, aunque supiera que no iba a ganar nada más"
Pero la llegada de las últimas generaciones dio un vuelco a esa mentalidad. Ahora muy pocos españoles renuncian a la llamada londinense. Algunos sienten auténtica pasión por Wimbledon. Tanto Tommy Robredo como Rafael Nadal y Feliciano López han dicho reiteradamente que su sueño no está puesto en la tierra batida de Roland Garros, sino en la hierba de Wimbledon. Y algunos otros, Juan Carlos Ferrero y Carlos Moyà entre ellos, aspiran a hacer algo importante en la catedral.
Hasta ahora, el único que ha logrado tener continuidad en la hierba londinense es el toledano Feliciano López. "Me transformo cuando llego a este torneo", asegura este jugador, el único español en activo que ha alcanzado dos veces consecutivas los octavos de final en este torneo. "Me siento más motivado. Es algo diferente, lo llevo en la cabeza y se ha convertido en mi gran objetivo de cada temporada".
Feliciano no ha ganado todavía ningún torneo y a lo máximo que ha llegado este año ha sido a la final de Dubai, donde perdió ante el suizo Roger Federer. Sin embargo, en Wimbledon su tenis parece alcanzar otra dimensión. Tiene condiciones para ello: un excelente saque que conecta a 224 kilómetros por hora, una buena volea y un resto con el que se arriesga. "A veces", reconoce, "tengo la sensación de que el resto del mundo se paraliza y sólo pienso en ganar el partido. Es algo que sólo me pasa en Wimbledon y en Madrid [el año pasado jugó los cuartos de final]".
Ateniéndose a los resultados, Feliciano no es aún candidato a ganar en Wimbledon, pero sobre él pesa la leyenda que le lanzó el rumano Ion Tiriac, ex entrenador de dos campeones en Londres: Boris Becker y Goran Ivanisevic. Tiriac no se cansa de repetir: "Si tuviera ánimos, cogería a este chico, López, y le convertiría en campeón de Wimbledon en dos años". Feliciano se sintió halagado cuando le comentaron eso por primera vez. Pero ahora se lo cree.
"Confío en que algún día se den las circunstancias necesarias y acabe cumpliendo mi sueño", asegura. "Si de pequeño me hubieran preguntado dónde quería ganar, siempre habría respondido que en Wimbledon". Y agrega: "Firmaría una carrera con este título, aunque supiera que no iba a ganar nada más hasta el final".
Probablemente, eso no ocurrirá este año, porque en octavos de final podría encontrarse con el número uno del mundo y actual campeón, Roger Federer. Pero alcanzar esta ronda por tercera vez es ya su objetivo, y eliminar al campeón sería la llave para abrir la puerta hacia la realización de su sueño.
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