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Reportaje:

La inversión directa apuesta por lo seguro

Las multinacionales prevén invertir en Asia-Pacífico y Europa del Este, y relegan al mercado latinoamericano

La cada vez más feroz disputa de los países emergentes por la inversión extranjera directa está siendo ganada por la región de Asia-Pacífico, con China como motor, y Europa del Este. Sólo después figura Latinoamérica y el Caribe en la última encuesta de perspectivas de inversión para 2004 y 2005 que la Conferencia de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad) ha elaborado entre 335 multinacionales.

Las crisis económicas o la inestabilidad financiera de algunos países latinoamericanos desalientan la radicación de capitales exteriores
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Los casos dispares de Argentina, Chile y Venezuela

Brasil es el país más atractivo de la región latinoamericana para la inversión foránea, a fuerza de ofrecer un robusto mercado de 176 millones de habitantes. Con un amplio margen de diferencia le sigue México, a 10 años del Tratado de Libre Comercio (TLC) de América del Norte; Argentina, pese a la mala imagen que se ha forjado con la última crisis económica, política y social; y Chile, más allá de su ejemplar estabilidad y la amplia apertura de su mercado.

El 45% de las empresas espera que la inversión, sea la propia o la de sus competidoras, aumente en Latinoamérica este año y el próximo, pero una cantidad similar vaticina que los flujos se mantendrán en los bajos niveles de los últimos tiempos. El panorama latinoamericano resulta menos optimista que el de Asia-Pacífico, donde las expectativas de creciente llegada de capitales roza el 60%, o el de Europa del Este, en la que siete de cada 10 multinacionales aguarda más inversiones.

"Los empresarios son más cautelosos en Latinoamérica", observa el subdirector de esta investigación de la Unctad, Ludger Odenthal. Asia-Pacífico y Europa del Este atraen más por sus mejores perspectivas de crecimiento, según Odenthal. Las crisis económicas de algunos países latinoamericanos en los últimos años, como Argentina, o la inestabilidad financiera de otros, como Brasil, desalientan la radicación de capitales.

"Latinoamérica consigue menos inversiones de las que debería por su dinamismo", lamenta Maria Livanos Cattaui, secretaria general de la Cámara de Comercio Internacional (ICC). "Es importante hacer políticas más atractivas para la inversión, incluida la reducción de aranceles a la importación, porque la compañía que se instala para exportar necesita importar materiales para prepararlos", añade Livanos, y pone como buenos ejemplos a Costa Rica, Chile y Brasil, "que en los últimos tres o cuatro años han comenzado a mejorar su marco para la inversión extranjera y la exportación y a abrir su gran mercado interno".

El economista Vladimir Werning, del banco JP Morgan, observa dos fenómenos contrarios a la inversión en esta región. Uno es la integración comercial dispar, con países asociados a Estados Unidos, como México, Chile y seis centroamericanos, otros que buscan serlo a partir del año próximo (Colombia, Ecuador y Perú) y un bloque más aislado, Mercosur. Sin embargo, Livanos observa que Brasil gana atractivo por su pertenencia a un bloque que, además, está negociando un acuerdo con la UE. El otro factor radica en que el proceso de privatizaciones avanzó tanto en los años noventa que ya no quedan muchas compañías estatales por vender. Werning opina que las multinacionales con nuevos proyectos en la región son las que ya están instaladas y deciden reinvertir beneficios por las posibilidades que ofrece un determinado país.

Mejores oportunidades

El informe de Unctad destaca que los cuatro destinos más atractivos de la inversión extranjera en Latinoamérica siguen siendo los mismos de siempre. Venezuela, pese a la prédica anticapitalista del presidente Hugo Chávez y a la crisis política que atraviesa, figura en quinto lugar. La encuesta no indica qué países recibirán más inversión en términos absolutos, sino en cuáles las empresas advierten mejores oportunidades de negocios en su sector, aun cuando la escala de las operaciones sea menor.

Brasil prevalece por su enorme mercado, según Odenthal. Su población, la más desigual en la distribución de la riqueza, supera ampliamente a la de México, con 100 millones de habitantes, pero éste registra un potencial económico mayor (642.000 millones de dólares, frente a 449.000 millones del gigante suramericano). "El tamaño del mercado es uno de los más importantes motores para que la inversión salga al exterior", explica el investigador de Unctad, que considera que el atractivo de Brasil "no es tanto" por la política de inversiones, el clima de negocios o la disponibilidad de buena infraestructura o bajos costos. Odenthal alega que por eso el socio mayor de Mercosur aún no ha logrado convertirse en uno de los principales destinos de las relocalizaciones de fábricas y servicios de EE UU y la UE. Brasil no se ha convertido en una plataforma de exportaciones, pese a que están creciendo.

Werning celebra que la transición política que supuso el acceso al poder del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva no implicara cambios en la austera política fiscal. La economía está saliendo con timidez del estancamiento, pero Werning considera que aún persiste la duda de los empresarios acerca de qué pasaría si el crecimiento no alcanzase para afrontar los pagos de la deuda pública, que pueden encarecerse si Estados Unidos sube sus tipos de interés.

México ha conseguido los beneficios del TLC, pero desde hace años demora las reformas estructurales, según Werning. En el Congreso, dominado por la oposición, duermen las iniciativas del presidente Vicente Fox para modificar las políticas energética y fiscal. "El peso mexicano es una de las pocas monedas que se han depreciado en los últimos tiempos frente al dólar porque el país necesita salarios baratos para competir, dado que no puede bajar los otros costos", advierte el economista de JP Morgan. Las maquiladoras de la frontera con Estados Unidos (ensambladoras de indumentaria y productos electrónicos) enfrentan una competencia incesante de China en el mercado norteamericano. Livanos opina que México deberá buscar inversiones de cadenas productivas y servicios para continuar generando los puestos de trabajo que su creciente población demanda.

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