El difícil objetivo de superar la inflación
Aumenta la rentabilidad real negativa de los productos sin riesgo, tras dispararse en mayo el índice de precios al consumo
En mayo, la inflación interanual marcó la abultada cifra del 3,4%. No hay tipos ni productos sin riesgo en el mercado que puedan garantizar al inversor no perder el poder adquisitivo de su ahorro. Ya pasó en 2003 cuando ni las letras, los depósitos o los fondos de dinero alcanzaron el 2,6% que marcó la inflación. Ahora, la situación se agrava para los ahorradores más clásicos, que sólo cuentan con fondos extranjeros ligados a los precios.
Se trata de la primera premisa que debe cumplir cualquier ahorrador: que su dinero no se deprecie por la subida del coste de la vida y obtenga una rentabilidad que, al menos, cubra la inflación. Este objetivo a priori muy poco ambicioso se ha convertido en una meta casi imposible en la actual situación.
Ya lo fue también durante todo 2003 y buena parte de 2002 con una brusca caída de los tipos de interés, mientras la inflación mostraba más reticencias en su tendencia bajista. Una simple comparación entre la rentabilidad de las letras del Tesoro -activos sin riesgo de mercado- y la marcha de la inflación internual en el último año muestra que siempre los tipos de las letras han estado por debajo del encarecimiento de la vida. Los fondos de inversión que colocan su dinero en renta fija, bien sea a corto o largo plazo, tampoco han logrado batir la inflación en el último año. Así, los tranquilos fondos de dinero acumulaban entre abril de 2003 y abril de este año una rentabilidad del 1,26%, cuando la inflación estaba en el 2,7%.
En el pasado mes de mayo se ha llegado a un diferencial de más de un punto. Así, mientras la inflación interanual se colocó en el 3,4%, las letras subastadas ese mismo mes ofrecían una ganancia anual del 2,39% (1,1 puntos de rentabilidad negativa).
Las letras sirven de referencia para los depósitos bancarios a plazo de un año y también para las cuentas corrientes y los fondos de dinero. Por ello, son un buen instrumento para comparar su ganancia con la subida de la vida.
Aunque en este mes de mayo se ha alcanzado ese 3,4% en la inflación interanual por la fuerte subida del petróleo, los expertos sitúan en el 2,9% la carestía de la vida para 2003. Un dato resultante de la opinión de 14 expertos de servicios de estudios de bancos, cajas y universidades reunidos por la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas). Es, pues, ese 2,9% el objetivo a alcanzar con el fin de que el dinero no se deprecie.
Inversiones sin riesgo
Siguiendo con los productos sin riesgo, y descartadas por el momento las letras, existen cuentas corrientes y depósitos que ofrecen estas rentabilidades. Sin embargo, unas veces es a muy corto plazo (no se llega al año y el tipo se revisará a los tres o seis meses) y en otras ocasiones tienen limitado su importe. Se trata del ya conocido sistema de promoción con la captación de nuevos clientes a los que se les pone un techo de dinero a invertir, normalmente de 6.000 euros.
También hay depósitos con tipos más elevados pero el ahorrador debe tener en cuenta el plazo previsto, ya que si suben los tipos de interés no se beneficiará en el futuro de estas alzas. Además, los más generosos suelen estar condicionados a la suscripción de un fondo de inversión de la propia entidad financiera.
El Banco Banif lanzó a finales del pasado mes un depósito ligado al índice europeo Eurostoxx 50 cuya rentabilidad pretende superar en un 2% anual la tasa de inflación. Una rentabilidad condicionada a que este índice supere una rentabilidad del 30% en dos años que se iría prorrogando de no alcanzarse. Eso sí, existen dos fondos de inversión comercializados en España cuya rentabilidad está marcada por la inflación, aunque no exactamente a la española. Y ello se explica porque lo que compran estos fondos -bonos ligados a la inflación- no existen en el mercado español, aunque sí en otros países como Francia, Estados Unidos o el Reino Unido. Por ejemplo, el 25% de los bonos gubernamentales de Suecia y Reino Unido tienen esta estructura.
Juan Ramón Caridad, director de Productos de Atlas Capital, explica que estos productos no son nada nuevo. "Tenemos ejemplos de este tipo de activo desde 1997, cuando surgen en EE UU los TIP. Hoy día, el mercado de bonos ligados a la inflación está consolidado con un volumen aproximado de medio billón de euros". En el mercado español se comercializan los fondos Schroders Global Real Return y el Inflation@Work.
David Burns, director general de Schroders España, comenta que este fondo coloca el dinero en una cesta de bonos ligados a la inflación (Suecia, Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Italia). "Es un producto que encaja muy bien en cualquier cartera conservadora; mejor que un fondo de dinero, y protege mucho de las alzas de la inflación. También es muy recomendable para los fondos de pensiones", explica.
El inversor tiene otras opciones para batir la inflación, aunque esto supone asumir riesgo. Durante este mes de junio, se han lanzado bonos a tres años con una rentabilidad del 3,15%. El bono a 10 años subastado en febrero alcanzó el 4,19% de rentabilidad. El inversor puede mantenerlos hasta el vencimiento y, por tanto, evitar riesgos de apreciación o depreciación en el mercado. Pero ¿quién le asegura que pasado un año no habrá tipos de interés más atractivos?
Estrategia inflacionista en Bolsa
El índice de la Bolsa española, por el momento, ofrece un resultado positivo cercano al 5%, que se sitúa muy por encima del 2% que acumula la subida de la vida desde enero hasta el pasado mes de mayo. Una apuesta que, lógicamente, conlleva un riesgo importante, ya que el mercado de acciones se ha situado varias veces a lo largo del ejercicio en pérdidas.
También se podrían buscar compañías con una rentabilidad por dividendo (parte de los beneficios destinada a retribuir al capital) superior a ese 2,9% que los analistas, consultados por Funcas, sitúan como resultado final para este año. Una apuesta interesante pero que nuevamente conlleva riesgos, ya que el inversor puede obtener esa ganancia por el corte del cupón del dividendo, pero perder en el precio de la acción.
Pero también la inflación tiene sus beneficiarios y víctimas dentro de la Bolsa. Valores que se comportan mejor, y otros que se ven claramente perjudicados con el repunte de los precios.
Juan Cueto, director de estrategia de Ibersecurities, explica que "en un entorno de inflación al alza, los valores más cíclicos deberían ir bien, ya que trasladan a sus productos los crecimientos de los precios, porque tienen esta posibilidad frente a otros valores como los tarifarios (caso de las eléctricas) que no pueden.
Una situación que ya se ha visto en las empresas ligadas a las materias primas que han subido mucho en el mercado por el encarecimiento de sus producciones que han podido repercutir en sus precios. Otro ejemplo que pone Juan Cueto son los bancos, ya que podrán encarecer el coste de las hipotecas.
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