Soria vuelve a existir
El Numancia regresa a la cima nueve años después de darse a conocer en la Copa del Rey
El mismo escenario, el mismo rival, el Recreativo de Huelva, y casi la misma fecha. El 19 de junio de 1999 el Numancia de Soria se asomaba a Primera División. En el banquillo estaba Lotina y en el césped muchos de los jugadores que desde la Segunda División B habían ido creciendo a la par que su club. Cuatro años antes Soria comenzó a existir para el resto del fútbol nacional con una campaña excepcional en la Copa del Rey en la que eliminaron a tres primeras y solo cayeron cuando apareció el Barcelona de Cruyff. Soria había experimentado la felicidad en el deporte solo con su equipo de voleibol o con las hazañas de Fermín Cacho y Abel Antón. El ascenso llegó de una forma inesperada, como ahora, con un equipo formado para consolidarse, como ahora, y contra el Recre en la última jornada, como ayer. La celebración en la Plaza Mayor de Soria también fue idéntica como si fuese un aperitivo de los Sanjuanes, las fiestas patronales de la ciudad que comienzan inmediatamente.
El ascenso llega con un presupuesto de cuatro millones, uno de los más bajos de la categoría
Hace solo doce meses el Numancia consiguió la permanencia por un escaso margen de seis puntos. El nuevo presidente, José Isla Orte, intentó recuperar para el fútbol a Quique Hernández, el último entrenador que tuvo el Hércules de Alicante en Primera. Hernández pidió solo una renovación profunda de la plantilla y el presidente se deshizo de los futbolistas que habían estado en el Numancia de Primera División, Ojeda, Pacheta, Marini o Aranda. A los nombres viejos les sucedieron nombres desconocidos o semidesconocidos. Gente muy joven, descartes de otros equipos y algunos canteranos. Se quedó con los que habían tirado del carro en la pelea por evitar el descenso, el central Culebras, el veterano Octavio, Fagiani, el rumano Rosu o el camerunés Kome. Llegó Toril, aquel futbolista que prometía ser sucesor de la quinta del buitre en el Madrid, Moreno desde el Terrasa y Julio Pineda, un obrero del área que se sabe todas las trampas de la segunda división y que llegaba reventado del escándalo permanente del Xerez. Con eso y con un presupuesto que no alcanza los cuatro millones de euros, el cuarto más bajo de la categoría, el Numancia ha regresado a la Primera División.
El Numancia comenzó la temporada como la ha terminado, agarrado a una regularidad y a un equilibrio formidables. Siempre ha estado en los puestos de cabeza, nunca ha dejado de oler a ascenso y ha sido líder un buen número de jornadas. Ha vivido siempre en el escenario lógico para un equipo que no aspiraba a un premio tan alto y que con mucho trabajo y muchas dosis de sentido común ha tenido un comportamiento ejemplar. Sin embargo en las últimas jornadas la situación se había complicado. El irresistible camino del Levante dejaba en solo dos las plazas disponibles para el ascenso y el Getafe y el Alavés parecían tener una velocidad más para llegar al final. Salió derrotado del Estadio Alfonso Pérez de Getafe y abandonó los puestos de ascenso pero ante el Alavés y en Soria el Numancia escenificó en solo noventa minutos lo que ha sido su temporada. Pineda y Moreno destrozaron a los vitorianos con dos contragolpes envenenados y regresaron a la tercera plaza con toda la ciudad volcada y con un empresario anónimo poniendo primas millonarias encima de la mesa por conseguir lo que ayer finalmente se logró, que el Numancia un equipo modesto de una ciudad modesta, volviese a Primera y se convirtiese en el único equipo de Castilla y León en Primera División, algo que el Presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, celebró en el palco de Los Pajaritos. Soria vuelve a existir.
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