Los nombres de los futbolistas
Los nombres de los futbolistas son un poco como tortugas con zapatillas de estar en casa. Con zapatillas de estar en casa a cuadros, claro, rojos y verdes.
Quiero decir que los nombres de los futbolistas son extraños pero familiares. Son extraños, como las tortugas, para qué negarlo, con un caparazón y cuatro patas que salen de no se sabe dónde y con una cabeza con ojos de viejo, nariz de viejo y boca de viejo. Pero poco a poco se hacen familiares, como las zapatillas de estar en casa, a cuadros, rojos y verdes.
La cuestión es que te sientas delante de la televisión, verdad, delante de la Eurocopa, y empiezan a desfilar por tus ojos nombres curiosos, nombres que ni te imaginabas, nombres que dan saltos como si fueran a rematar de cabeza y te dicen mírame, mira que nombre tan vistoso soy. Y cuando es la selección de Grecia, aparece, por ejemplo, Costas Katsouranis, fíjate qué nombre. Fíjate qué tortuga. Y empiezas a pensar en el nombre, y en las personas que han llevado ese nombre, hasta desembocar en Costas, y sabes, perfectamente, que un tío abuelo de Costas tuvo una barba blanca, larga, y que fue óptico en un pueblo del interior, pongamos que en Tríkala, y que después de sus horas de trabajo repartía carbón, ya se sabe, somos muchos de familia y comida no regalan. Los domingos hacía cestas para vender.
Y cuando es la selección de Holanda, aparece Wilfred Bouma, y sabes que también fue un Bouma, con otro nombre de pila seguramente, quien en 1923 viajó al punto más septentrional de Finlandia. Simplemente por capricho, para ser el primero en dejar allí una caja con un papel dentro. En el papel escribió: "Y ahora para casita otra vez." Lo más curioso es que cuando hizo un agujero en la nieve para meter su caja, encontró otra caja, con otro papel escrito.
Y cuando es la selección de Inglaterra, aparece Jamie Carragher, y empiezas a pensar en la familia Carragher, y algo te dice que, con semejante apellido, en alguna parte de Inglaterra (Londres seguramente) existe un Carragher que ha vestido de traje y corbata desde los seis años y que pertenece a un partido político y ocupa un cargo de responsabilidad en alguna parte y que todas las tardes o anocheceres o incluso noches se acerca al club donde es seguramente como en las películas con té con sillones con periódicos. Y estás seguro de que ese Carragher no deja de pensar qué desgracia, un pariente futbolista que es lo mismo que farandulero.
Y cuando es la selección de la República Checa, aparece Milan Baros, que es el nombre más auténtico de toda la Eurocopa, dónde va a parar. Y está claro que algún Baros fue panadero, en el siglo XIX por ejemplo. Y que hubo un día en el que hizo un pan de arcilla, y lo pintó como los demás panes. Y, qué casualidad, el pan de arcilla le tocó al ferretero que tenía dos hijas modistas y no pagaba el pan hacía siete días. El panadero Baros no tenía muy claro todavía qué era el fútbol.
Y cuando es la selección de Croacia, aparece, ni más ni menos, este nombre: Dado Prso. Y rápidamente nos viene a la memoria aquel Prso (Goran Prso, creo que se llamaba) que se dedicaba, alrededor de 1920, a descifrar inscripciones. Y llegó a su taller un tal Bouma, un holandés que había encontrado una caja en el punto más septentrional de Finlandia, con un papel dentro, con una inscripción que no entendía. Goran Prso le dijo que era fácil, que aquello era ruso y que significaba: "Va a ser difícil que Rusia gane la Eurocopa de Portugal, con ese calor".
Goran Prso murió en 1941. Dado Prso nació en 1974. Lo que no sé es si eran familia. Se parecen un poco, eso sí.
Unai Elorriaga es escritor y Premio Nacional de Literatura 2002
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