Totti, cazado
El italiano, cada vez más discutido, escupió a un danés y corre el riesgo de ser duramente sancionado
Totti llegó a Portugal con el objetivo de alzar el trofeo de campeón y asegurarse el próximo Balón de Oro. Ambas cosas parecen improbables: la estrella de la selección italiana podría despedirse hoy de la Eurocopa, y de muchas de sus esperanzas, por culpa de un salivazo. La federación danesa presentó ayer ante la UEFA unas imágenes que muestran a Totti escupiendo en la cara a Poulsen, su marcador en el encuentro del pasado lunes y exigió una sanción para él. La comisión disciplinaria del organismo europeo dictará hoy el castigo. Se esperan dos o tres partidos, por lo menos. Y Totti, el puppone incorregible, más niño malcriado que nunca, deberá hacer, quizá, las maletas y regresar a Italia.
Durante el partido no se vio la acción. Ayer, sin embargo, la televisión pública de Dinamarca, DR, colocó en su página electrónica una serie de cinco fotografías en las que se aprecia con claridad el momento en que Totti escupía. Las instantáneas estaban tomadas de una filmación efectuada por una cámara suya. Los daneses entregaron las imágenes a la UEFA. "Totti, en más de una ocasión y sin ser provocado, escupió en el rostro a Poulsen, lo cual queda perfectamente probado en el vídeo que aportamos", indicó la federación danesa en su comunicado sobre el asunto.
La UEFA escuchó poco después el testimonio de Poulsen. La federación italiana tenía tiempo hasta la medianoche de ayer para presentar alegaciones y atenuantes a la conducta de Totti, que, en principio, sería merecedora de una sanción de tres encuentros. En un torneo en el que la UEFA quiere hacer bandera del juego limpio parece poco probable que un salivazo en pleno rostro de un contrario sea juzgado con benevolencia.
El delegado de la FederCalcio en Portugal, Innocencio Mazzini, dio la cara por Totti. "Por supuesto, al jugador no le causa ningún placer verse en una situación así, pero he hablado con él y se encuentra sereno", dijo. Le preguntaron qué pasaría si Totti quedara excluido. "En esta selección hay muchos jugadores útiles, y ninguno imprescindible", respondió. Tres juristas, entre ellos Giulia Bongiorno, abogado del ex primer ministro italiano Giulio Andreotti, volaron ayer mismo en un vuelo privado a Lisboa para defender a Totti en la vista que se celebrará hoy a primera hora de la mañana.
Haría falta una retahíla de adverbios y adjetivos para describir la conmoción que la noticia causó en Italia y en la concentración azzurra. El caso Totti añadió tormento a un cuadro plagado de estrellas, pero sin patrón de juego, escaso de confianza, dirigido por un técnico discutido, Giovanni Trapattoni, y zarandeado por arranques asamblearios tras su triste empate (0-0) con Dinamarca. No podía decirse que antes del salivazo Totti fuera abrumadoramente popular en el vestuario: sus presuntos problemas con las botas y las medias causaron hilaridad entre sus compañeros, y su mediocre actuación fue acogida con sarcasmo. ¿Ése era el Picasso del que hablaba Trapattoni, el genio del que dependían todos, el Moisés que había de llevarles a la final? Totti ya causó problemas de convivencia en el Mundial de 2002, en el que se le reprochó que, como ahora, sólo estuviera pendiente de Ilary, su novia. Si se fuese, no se le echaría en falta a la hora de comer.
Pero sí se le echaría en falta sobre el césped. Desde el fracaso de Japón y Corea, Trapattoni decidió basarlo todo en el capitán del Roma. Sin él, el equipo debería reinventarse. Lo cual, visto el estreno, podría acabar siendo una bendición. Media Italia exige que juegue Pirlo, el medio centro de precisión del Milan, y la otra media clama por Cassano, el impredecible genio del Roma. La ausencia de Totti les abriría un hueco. En un síntoma de lo que puede suceder, Trapattoni ensayó ayer con un equipo sin Totti, pero con Pirlo y Cassano.
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