¿Celos inconscientes?
Zidane no ha dado en 50 partidos juntos ningún pase de gol a Henry, que está enfadado con él
Parece mentira, pero Zidane y Henry no se entienden. Difícil de creer entre dos de los mejores jugadores del mundo. Pero hay un muro invisible entre ellos. Y una estadística demoledora: ninguno de los 25 goles de Henry en la selección francesa proviene de un centro de Zidane en los más de 50 partidos que han compartido. ¿Casualidad? El 10 del Madrid es un excelente pasador y su carrera está llena de asistencias a sus compañeros. Pero no a Henry. Como si tuviera algo contra él. No lo tiene, aparentemente. Aunque no sean grandes amigos, su relación ha sido siempre cordial. Ningún enfrentamiento conocido. "Celos inconscientes", apunta un periodista francés. ¿De Zidane a Henry? Tal vez. Uno, a sus 31 años, es el as que apura sus últimos momentos de gloria. Otro, a sus 26, la próxima estrella. Distintas generaciones, distintas maneras de entender la vida.
Uno, de 31 años, apura sus últimos momentos de gloria. Otro, de 26, es la próxima estrella
Por el bien de les bleus, deberían hablar entre sí por si hubiera algo que aclarar. No lo hacen. Ni parecen dispuestos a ello. Hay demasiado respeto, demasiada frialdad. Retirados Deschamps y Blanc, falta un líder para resolver estas tensiones. Curiosamente, Henry sí ha dado pases de gol a Zidane. Inversión de papeles. El último, recientemente: en el encuentro amistoso contra Ucrania. Una dejada de cabeza de Titi que Zizou envió a la red de un derechazo. Ese día, Henry corrió como un poseso hasta el banderín y lo agitó gritando no se sabe qué. Tal vez que él sí da asistencias a Zidane.
El caso es que Henry está que trina, frustrado porque su rendimiento ante Inglaterra fue muy inferior al esperado según sus prestaciones en el Arsenal, formidables. ¿Por qué no juega igual? En el equipo inglés actúa como primer delantero. Todo el frente a su disposición para barrerlo, para exhibir su fantástica figura de atleta. Reyes o Bergkamp son los encargados de lanzarlo. Con Francia, en cambio, está Trezeguet, ariete por mucho que el domingo, en el estadio Da Luz, anduviese desaparecido.
Henry se siente constreñido. Necesita libertad para dar lo mejor de sí. Moverse por donde le plazca. Y cazar goles de donde vengan. Como en el último segundo ante Inglaterra, cuando intuyó el pase hacia atrás de Gerrard y provocó el penalti de James. Sin embargo, debe cumplir obligaciones tácticas. Ya las tuvo con el anterior seleccionador, Roger Lemèrre, al que llegó a coger manía. Y se la cogerá al actual, Jacques Santini, si insiste en que se vaya a la izquierda.
Ahí es precisamente donde se siente más a gusto Zidane, ligeramente escorado a esa banda, por donde entró en la segunda parte ante los ingleses mejorando considerablemente su juego. Le gusta ayudar por ese flanco a su viejo amigo Lizarazu, compañero suyo cinco años en el Girondins de Burdeos, cuando Zizou aún se peinaba y Lizarazu era veloz. Junto a Dugarry, aquél fue un conjunto notable, subcampeón de la Copa de la UEFA ante el Bayern de Múnich en 1996.
El choque contra Inglaterra evidenció que a Francia le cuesta entrar por las alas. Y se ha abierto un debate. Pires es el extremo por excelencia, rápido, fuerte y constante, de notable técnica, como ha demostrado en el Arsenal. Pero se siente más a gusto por el carril izquierdo como con los cañoneros, no por la derecha como en la selección. Total, un galimatías táctico para el que Santini no halla, de momento, solución. Esta noche dispondrá ante Croacia su mismo esquema anterior, aunque con cambios de nombres. Dacourt, del Roma, cubrirá la baja de Makelele, lesionado en la falta que originó el primer gol de Zidane. Eso es seguro. En la defensa, se plantea dos permutas. Una, que Sagnol desplace al banquillo a Gallas. Otra, que Desailly tome el puesto de Silvestre. De eso modo, quiere conseguir una mayor profundidad por el extremo derecho, pues Sagnol sube más que Gallas, y más seguridad en el centro de la defensa, ya que Silvestre fue un manojo de nervios ante Inglaterra.
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