La hora de las cuentas
De perder ante Portugal, España sólo pasaría si su derrota fuera inferior a la de Grecia ante Rusia
España sigue dependiendo de sí misma para clasificarse para los cuartos de final de la Eurocopa. Si el domingo venciera a Portugal (7 puntos en total) o, al menos, empatase (5), estaría en la siguiente fase como primera o segunda de grupo, dependiendo de lo que hiciera Grecia en su duelo con Rusia, una selección que, honrilla deportiva aparte, no se jugará nada porque, sin haber puntuado todavía, es la primera apeada del torneo.
El riesgo de la eliminación española depende sólo de la derrota. De producirse, los portugueses serían cuartofinalistas con toda seguridad (6 puntos por 4). Pero Iñaki Sáez y sus jugadores aún tendrían una posibilidad de pasar como segundos si los griegos cayeran ante los rusos, ya que entonces concluirían igualados a 4 puntos y entrarían en danza las fórmulas previstas para los desempates.
La primera de ellas, el resultado directo entre los dos conjuntos igualados, no resolvería nada porque ha sido de tablas (1-1). El desenlace se derivaría, pues, de la segunda: la diferencia entre los goles a favor y en contra. En este momento es la misma (+1), si bien Grecia figura por delante de España gracias a la tercera opción definitoria, la del mayor número de tantos marcados (3-2 por 2-1).
Así, los españoles se mantendrían en la competición siempre que los griegos perdiesen ante los rusos por un gol más de diferencia que ellos. Por ejemplo, si Raúl y compañía cayeran por 0-1 y Tsartas y los suyos lo hicieran por 0-2 la diferencia sería de 0 goles (2-2) en el caso de los españoles y de -1 (3-4) en la de los griegos.
Incluso perdiendo los dos equipos por un tanto España podría continuar en liza si su derrota se hubiera producido con un marcador generoso en goles. Es decir, si pierde por 2-3 y Grecia lo hace por 0-1, tendría un balance global de 4-4 y su rival se quedaría en 3-3. En ese supuesto, entraría en función la ya mencionada tercera fórmula, que, en aras del juego ofensivo, favorece al cuadro que más goles haya sido capaz de conseguir.
Si la igualada final fuese absoluta -si España perdiera, por ejemplo, por 1-2 (3-3 en total) y Grecia lo hiciese por 0-1 (3-3 en total), habría que considerar otros detalles. El primero de ellos, el coeficiente de clasificación de ambas selecciones para la Copa del Mundo de Corea y Japón 2002 y la propia Eurocopa 2004. El segundo, la clasificación por el factor juego limpio durante este campeonato. Y el tercero, el lanzamiento de penaltis o un simple sorteo.
Mientras tanto, Portugal, el anfitrión, no tiene que echar tantas cuentas. Sólo le vale vencer a España. Quedaría igualada con Grecia a 4 puntos si empatase y los helenos perdieran. Pero en esa hipótesis resolvería el choque directo entre ellos, en el que su adversario se impuso.
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