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Reportaje:Eurocopa 2004 | Segunda jornada del Grupo A

Cara y cruz de Raúl

El '7', elegido el mejor jugador del partido, ve cómo Charisteas anula su gran trabajo

Ramon Besa

Raúl fue elegido el mejor futbolista del partido. El madridista tuvo una actuación capital hasta el último tramo, cuando Charisteas se reivindicó tras haber estado todo el partido dándole vueltas a los centrales y laterales españoles. El habitual plan de Iñaki Sáez no funcionó. El equipo tuvo la misma rutina que ante Rusia y los cambios no sirvieron esta vez para alterar la monotonía.

- Casillas. Charisteas le remató desde muy cerca en el gol y la pelota le dio en un pie. El ariete controló el centro ante el portero y envió el balón a la red entre el central (Helguera) y el lateral (Puyol) en una jugada mal defendida por todo el equipo español. Las acometidas de los griegos en los balones aéreos le tuvieron siempre sobre aviso.

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Situación crítica

- Puyol. Impuso su físico frente a Giannakopoulos, que dimitió a la media parte. Protagonizó un par de excelentes arrancadas por la banda y agitó el ataque con su brío. No pudo o no supo anticiparse a Charisteas en el gol después de que Helguera se comiera el centro.

- Marchena. Se agarró un calentón en el área griega nada más empezar cuando Charisteas le sujetaba a la salida de un córner y desde entonces estuvo en la mayoría de los fregados del primer tiempo. Molesto como estaba ante la dureza rival, se ganó una tarjeta amarilla por una entrada a Karagounis que le impedirá disputar el próximo partido.

- Helguera. Muy presionado y exigido, actuó con solvencia por alto y por bajo hasta la jugada del gol, en la que el centro desde la derecha le superó por alto. Los cambios de Grecia le complicaron la vida, al igual que a toda la defensa.

- Raúl Bravo. Los puntas griegos le buscaron al principio como si fuera el punto débil y se tomó la afrenta como una cuestión personal. A veces, se olvidó de las funciones de un lateral zurdo y se concentró en el marcaje.

- Etxeberria. De la misma manera que no perdió el papel de referencia en la banda derecha, lo que el equipo agradece, generó muy poca actividad. Fue sustituido en el descanso.

- Albelda. Trabajó sin parar frente al enjambre de abejas en que se convirtieron los griegos en la divisoria. Tapó, jugó en corto para no perder la pelota y se puso de pantalla de los centrales. Una tontería con Karagounis estuvo a punto de costarle una tarjeta que le habría impedido jugar el próximo encuentro. No pudo auxiliar a Baraja en el intento de oxigenar al equipo desde la media cancha.

- Baraja. No pasa por su mejor momento y se abrumó. Le faltó una idea y una silla. No impuso el ritmo que más convenía al equipo y tampoco tiró líneas de pase. Desde el medio centro no se generaron espacios y se entretuvo demasiado con la pelota debido a la presión griega.

- Vicente. Se topó con un lateral de palabras mayores. Seitaridis es rápido, duro y tapa bien los centros. A diferencia del partido contra Rusia, tendió a recogerse hacia el centro para intentar armar el último pase ante el ir y venir de Raúl. No desbordó como acostumbra. A su favor jugó la valentía y reiteración con la que encaró sin reparar en si podía quedar en evidencia.

- Raúl. Infatigable. Desde la media punta abrió el partido. Muy participativo, bajó hasta la línea de los tres cuartos para recibir y tocar y se dio la vuelta hacia el marco rival con ventaja. Katsouranis le dio a menudo en los tobillos. Habilitó a Morientes en el gol del ariete con una maniobra preciosa por su astucia y toque ante la presencia de su marcador.

- Morientes. El gol le redimió de una actuación menor. Estuvo muy desconectado del equipo. Haberse incorporado más tarde a la concentración puede haberle afectado. Los centrales griegos no se vieron especialmente inquietados por él.

- Joaquín. Jugó por su cuenta y riesgo, empeñado en abrirse paso por el flanco derecho sin reparar en cuantos defensas tenía enfrente ni cuantos delanteros iban al remate. Le puso un pase de gol en la cabeza a Raúl. Obligó a la defensa griega a abrirse y alternó las jugadas imaginativas con los errores infantiles.

- Valerón. No pudo conectar el último pase porque los griegos le encerraron en una jaula. En parejas o tríos, acudían los rivales a su encuentro para que no pudiera jugar y tuviera que abrir a las bandas.

- Fernando Torres. No tocó prácticamente la pelota en los diez minutos que estuvo en el campo. Ni la recibió ni conectó con ningún centro.

Morientes se anticipa a Raúl para cabecear el balón ante Katsouranis.
Morientes se anticipa a Raúl para cabecear el balón ante Katsouranis.REUTERS

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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