Un mano a mano que sabe a epopeya

Como su hermana mayor, la MotoGP, la categoría del cuarto de litro fue un mano a mano entre Dani Pedrosa (Honda) y el francés Randy de Puniet (Aprilia). Pero al catalán acabó por faltarle neumático y ni el generoso aliento del público pudo proporcionarle mayor agarre. Muy pronto se vio que la carrera iba a ser cosa de dos. En la séptima vuelta el piloto de Castellar del Vallès enseñó por primera vez la rueda al galo. Por detrás rodaba cómodo Toni Elías (Honda), que acabaría a nueve segundos de la cabeza. El cuarto, el argentino Sebastián Porto (Aprilia) quedaría nada menos que a 20 segundos.

Es decir, hubo tres carreras: un duelo en cabeza, un corredor solitario y el pelotón, que llegaría una eternidad por detrás de los tres. El mano a mano supo a epopeya. Hacia la 7ª vuelta, Pedrosa, que rodaba cómodo por detrás de la Aprilia, enseñó la rueda por primera vez. En la 11ª vuelta batió el récord de Montmeló de la categoría que desde 1998 poseía Rossi. Arañando milésimas, lo dejó en 1m 47,302s. Una vuelta más tarde se colocaba por primera vez por delante de la Aprilia. No duró mucho. A 10 vueltas para el final, De Puniet recuperó el liderato. Aún habría otro relevo, pero Pedrosa mantuvo la primera plaza sólo dos vueltas. A cuatro del final, De Puniet ganó la partida.

Pedrosa explicó así su segunda plaza: "Él me superaba en frenado y velocidad punta y yo tenía mejor paso por curva y mejor aceleración con goma gastada. En la última vuelta lo he intentado todo, pero no ha podido ser". Pedrosa estaba un tanto defraudado por no haber podido dar satisfacción a sus muchos seguidores, como atestiguó el enérgico puñetazo que dio a su cupulín nada más pisar la raya. Sin embargo admitió haber disfrutado: "La gente estaba como loca, ha sido muy bonito".

La segunda carrera, la de Elías, quedó vista para sentencia a partir del accidente de Roberto Rolfo (Honda) y Manuel Poggiali (Aprilia), cuando se tocaron espectacularmente en una curva en la vuelta 15ª y se fueron los dos al suelo. Elías fue de más a menos: perdía un segundo por vuelta. A cambio, viajó sin nadie que le molestara, a 10 segundos de Porto, su inmediato perseguidor. "Iba al 120%, pero no me ha sido posible alcanzarlos", confesó aunque valoró que acabar tercero "no ha estado nada mal".

Mucho más trepidante, por poco previsible, fue la carrera de 125cc, donde Héctor Barberá (Aprilia) hizo un remonte de los que hacen historia. Tras una pésima salida, pasó de la posición 23ª al primer puesto, dejando a cada vuelta a varios pilotos a sus espaldas. En un clásico final, el piloto de Dos Aguas se impuso a los otros cuatro de cabeza: Andrea Dovizioso (Honda), Pablo Nieto (Aprilia), Casey Stoner (KTM) y Jorge Lorenzo (Derbi), que acabó quinto pese a haber encabezado la carrera durante cinco vueltas. La progresión de Nieto fue extraordinaria. Tras otra salida poco afortunada, cruzaba por primera vez la línea de meta en 17ª posición. A 15 vueltas del final alcanzó al pelotón de cabeza y llegó a ser segundo por detrás de Roberto Locatelli (Aprilia), que poco después sufría una caída. Al final, Nieto acabó tercero. "Es muy satisfactorio ir adelantando y llegar a la cabeza", dijo tras aclarar que en la salida se le ahogó la moto.

Barberá flotaba tras la carrera. Es segundo del Mundial con 74 puntos frente a los 96 del líder, Dovizioso. "El año pasado logré dos victorias, pero sin duda ésta ha sido la más importante de mi vida", acertó a decir Barberá, lamentando la caída del veterano Locatelli. "Hoy le ha tocado a él, mañana puedo caer yo o Dovizioso. Esto es así". Fue un bonito Gran Premio de Cataluña. Salvando a Barberá, el resto de aspirantes locales no lograron sus objetivos, pero saben que los tienen a tiro de piedra. Si De Puniet y Rossi lo permiten, por supuesto.