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Reportaje:Eurocopa 2004 | Dos clásicos con problemas, frente a frente

Los alemanes atrevidos

Los jóvenes Lahm, Podolski y Shweinsteiger preparan su primer gran torneo

Diego Torres

Inescrutables por naturaleza, los alemanes de la selección alemana se retiraron al lugar más inescrutable de Portugal donde pueda hallarse un hotel de lujo. Encontraron un promontorio rocoso en la costa del Algarve que va de Faro a Vila Moura, rodeado de un viejo pinar llamado Valle del Lobo, hoy en proceso urbanístico. Para llegar al lugar hay que perderse por carreteras secundarias por un monte salpicado de algunas de las mansiones más ostentosas del sur del país. Es el sitio que ha elegido Tía Katy, como le llaman en Alemania al seleccionador, Rudi Völler, para esconderse de la prensa alemana y de los espías checos y holandeses. Allí, Alemania mantiene a los jóvenes Phillip Lahm, lateral del Stuttgart; Bastian Schweinsteiger, centrocampista del Bayern; y Lukas Podolski, delantero del Colonia, lejos de miradas indiscretas. Son el relevo más brillante de una selección que prepara con sigilo su debú en la Eurocopa contra el archirrival holandés, el miércoles en Oporto.

Son el relevo más brillante de una selección que encara con sigilo su debú

Lahn es la reencarnación del lateral largo alemán de toda la vida. Un clásico desde Breitner a Frings. A los 20 años, este chico nacido en Múnich que no hace mucho fue la promesa más dotada de la cantera del Bayern, se ha convertido en uno de los jugadores esenciales del Stuttgart, un equipo que destaca por su poderío físico. De la mano del técnico, Félix Magath, el pequeño Lahn desplegó su repertorio de diagonales, recortes y remates con la derecha para convertirse en un recurso ofensivo importante en la actual Alemania. Si sus centros no son excepcionales, su tenacidad le hace indispensable en un equipo contragolpeador.

Desesperado ante la falta de definidores, en el intento de encontrar un acompañante para Kuranyi y ante la irrefrenable gordura de Bobic, Völler echó mano de un tipo que va camino de convertirse en la figura de Alemania. Se trata de Podolski, que a los 18 años, en 19 partidos en la Bundesliga, en su primera temporada, marcó nueve goles con el Colonia y se adueñó de todas las jugadas a balón parado de su equipo. Nacido en Polonia, Podolski representa la irrupción migratoria del Este. Todavía no tiene carné de conducir pero es potente, rápido, buen lanzador, y posee una gran técnica de disparo: tiene una pegada tremenda con ambas piernas y va bien de cabeza. Pero sobre todo, desprecia el miedo.

Como Lahn, el pelirrojo Shweinsteiger salió de la cantera del Bayern. Nació en los Alpes bávaros hace 19 años y practicó el eslalon y el descenso como integrante del equipo juvenil alemán de esquí alpino. A los 14 se alistó en la escuela del Bayern y aún hoy tiene que luchar contra la gordura heredada de su afición al esquí alpino, donde el peso lo ayudaba a desarrollar velocidad.

Lo que también desarrolló este futbolista cada vez que se lanzaba montaña abajo como una bala, fue la capacidad para afrontar el peligro sin inmutarse. Si hubo un jugador capaz de dar la vuelta al último Madrid-Bayern, ese fue Shweinsteiger con sus incursiones sobre el área de Casillas. Se trata del clásico competidor que es feliz con los desafíos, un centrocampista de vocación atacante con un manejo de pelota bastante raro en el fútbol alemán. No tiene pase largo pero sabe llegar jugando y es buen definidor.

El valor de Shweinsteiger, niño mimado de Franz Beckenbauer, ya es legendario en el vestuario de Via Sabenner. A los dos meses de subir al primer equipo, una noche, a las dos de la madrugada, el guarda de seguridad de la Ciudad Deportiva muniquesa se sobresaltó con el pitido de la alarma de seguridad: alguien había entrado al vestuario y se estaba dando un baño en el yakuzi. Era Shweinsteiger con una chica que él se apresuró a presentar. "Es mi prima, le mostraba las instalaciones", dijo. El técnico Ottmar Hitzfeld, lo apercibió -"la próxima vez te multo"- y todo quedó olvidado.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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