Cura de adelgazamiento en Palma

Si hay un destino que preocupa en el sector y en el que existe caldo de cultivo para esa reconversión de la industria, es la playa de Palma. "De ahí el franquismo sacó petróleo, muchas divisas. Ahora el Estado debe actuar para que ésta no se degrade y acapare turismo marginal", dice Jordi Cabrer. El presidente de la patronal de hoteleros de la playa de Palma reclama "una intervención integral, no un lifting, porque el diagnóstico es serio. Hay que aligerar y dignificar el entorno y alzar la calidad de la oferta. Hay una deuda pública con nosotros: tenemos 40.000 camas, unos doscientos hoteles y damos empleo directo a 5.000 trabajadores".

Los análisis coinciden. Es un "destino maduro". La planta hotelera, más de mil negocios laterales y, también, áreas de veraneo privado, se alzan como una muralla en los seis kilómetros de magnífico arenal. "Pudimos haber crecido escalonados, sin torres, con más verde, como en el Caribe. Pero se impuso el crecimiento desarrollista sin control", lamenta Cabrer.

El 60% de los empresarios son pequeños, decenas de establecimientos han cerrado y en invierno sólo abre la cuarta parte

El 60% de los empresarios son pequeños, con uno o dos hoteles. Decenas de establecimientos, obsoletos y pequeños han cerrado. En invierno en la playa se mantiene abierta una cuarta parte de la oferta.Y en junio algunos hoteles aún no han abierto ni contratado su plantilla, delata Cabrer.

En el plan más reciente entregado a la Administración por la patronal se marcan acciones urbanísticas y de infraestructuras, muchas operaciones medioambientales y deportivas y también "zonas de intercambio". Levantar un edificio icónico, un emblema arquitectónico -un acuario o un centro deportivo- como símbolo de la reforma, figura entre las propuestas. En los planos, las manchas en negro denotan allí donde existe necesidad de esponjar, de derribar hoteles y permutar las plazas por otras construcciones nuevas en distinta ubicación.

Pero "renovar no es modernizar el hotel y un maquillaje callejero", sostiene Antoni Tarabini, sociólogo director de Gadeso. "Es preciso vaciar áreas", dice, citando S'Arenal, la parte este de la playa, en el municipio de Llucmajor, en cuya parte posterior se podría crear "un polígono de nuevos hoteles", para esponjar los núcleos obsoletos. "Las acciones necesarias son muy fuertes, no las puede emprender el sector hotelero en solitario", reseña. Cabrer demanda 200 millones de euros de aportación estatal.

Delicada situación

La potente cadena Riu Hotels, que nació en este entorno con un hostal pionero en 1953 y administra allí nueve hoteles, con 4.500 plazas, afirma que "la playa de Palma es un territorio en una situación delicada, con la imagen degradada, en el se ha perdido el turismo familiar que había sido tradicional. Hay ruidos, falta de limpieza, robos; hablaría de negligencia en los deberes institucionales".

El presidente de la patronal de agencias de viajes de Baleares, Jaime Bauza, reclama que se aplique "un sistema de reconversión similar a la intervención efectuada en la siderurgia y la industria naval", para efectuar "una cura de adelgazamiento de la oferta turística".

Tarabini cree que no debe hablarse del negocio del turismo, sino de la sociedad del ocio, "donde se elige qué se puede hacer y cómo. Es preciso una acción radical de prudente aplicación".