La playa artificial se abre por fin al público
La zona de baños se abrió ayer por fin al público. Tras la polémica por la presencia de moho resbaladizo en las escaleras, por las chancletas y por la prohibición de nadar hasta la isla de Pangea, la playa artificial contribuyó a aliviar el calor. Y lo hizo sin demasiadas contemplaciones por parte de los visitantes. Calzoncillos fue lo único que vestían muchos de los que ayer se bañaron. Algunas madres desnudaron a los críos y... al agua con lo mínimo. Ellas, y los padres, también se remojaron. Afortunadamente, la antigua y antiestética ropa interior ha evolucionado hasta coloridos modelos que cuelan como trajes de baño.
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