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Crítica:PIANO | Borís Giltburg
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Virtuosismo

La generación ascendente

Boris Giltburg, pianista. Obras de Beethoven, Scriabin, Albéniz y Schumann. Escuela Reina Sofía-Fundación BP España. Auditorio Nacional. Madrid, 10 de junio.

En esa maravilla albeniziana que es El Albaicín, resplandeció la claridad del juego, la adecuada asimilación de perspectivas evocadoras a partir de una visión refinadamente poética, quizá por momentos un punto exaltada. Como final, esa serie de páginas geniales de un pianismo namorado, tal podría decir y dijo algún célebre rimador, que conforman el Carnaval, op. 9, de Schumann, tan vario en la forma como complejo en la intención, que Borís Giltburg analizó ante nosotros para transmitir con lucidez la inspiración lírica y la mirada escrutadora del gran romántico alemán. Éxito inmenso y sin reservas que obligaron al concertista a propinas tan rutilantes como la transcripción de Rachmaninov sobre Kreisler. En suma: el gran público, digamos normal, revalidó con calor la decisión del amplio jurado santanderino del XIV Concurso Internacional.

El futuro está en Oriente

Los pianistas veinteañeros de más proyección vienen del lejano Oriente. Lang Lang es la última sensación. Quizás el más completo de todos, el más superdotado por su sólida base técnica y su curiosidad inagotable por muchos ámbitos del repertorio. Pero es la misma generación a la que pertenece Yundi Li, nacido también en 1982 y todo un experto en Chopin y Liszt, que compagina las teclas y su carrera como modelo de publicidad e ídolo de las chicas en Hong Kong.

También en Corea hay temperatura pianística. De allí llegan figuras como Dong-Hyek Lim (Seúl, 1984), que debutará en noviembre en Madrid en el ciclo Jóvenes Intérpretes y que es compatriota de otros dos pianistas que ya demostraron audacia en España como ganador y finalista del concurso Paloma O'Shea en 1998: Yung Wook Yoo y Jong Hwa Park, que se revelaron como dos auténticos virtuosos con conocimiento profundo del instrumento.

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