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Agredida con un cuchillo la pareja del primer accionista del Valencia

Un sujeto la amenazó: "Es un aviso, que Soler salga del fútbol"

Adoración González, la pareja sentimental del máximo accionista del Valencia, el constructor Bautista Soler, de 75 años, se llevó ayer un susto de muerte. La mujer fue agredida por un sujeto que le causó, según la policía, "cortes superficiales en una pierna y un brazo con un cuchillo" y le propinó "un golpe en la cara" mientras la amenazaba: "Si la familia Soler no sale del fútbol, la próxima vez será peor".

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Dori, como es conocida entre sus allegados, fue atacada en la calle Cirilo Amorós, muy cerca de donde vive, en el centro de Valencia. El agresor la embistió por detrás, la inmovilizó con un objeto cortante y la introdujo en un portal, donde la amenazó: "Si la familia Soler no abandona el fútbol, la próxima vez será peor. Esto es sólo un aviso".

Adoración, enfermera de 42 años, fue atendida por una unidad del SAMU en el despacho de Baustista Soler, en la calle Ribera, donde se trasladó por su propio pie una vez el agresor, un hombre "corpulento", según ella, huyó. Los servicios sanitarios revelaron que los cortes eran de "escasa gravedad". Enrique Lucas, abogado de la familia Soler, anunció que hoy jueves denunciarán los hechos a la policía porque ayer la víctima se encontraba tan nerviosa que fue necesario sedarla.

La familia Soler ha tomado en los últimos meses a través del fútbol un enorme protagonismo en la vida social valenciana. El pasado viernes compró por 31,6 millones de euros al ex presidente y máximo accionista del Valencia, Paco Roig, el paquete de acciones de éste, 31.000 títulos. De este modo, pasó a tomar el control del club de Mestalla, atizado durante los últimos años por el enfrentamiento entre las distintas facciones que pugnaban por el gobierno de la entidad.

"Las últimas semanas han sido muy tensas", afirmó ayer a este diario Manuel Llorente, el director general del Valencia; "Han sido días muy difíciles en los que estaba en juego el futuro del club". "Esto sólo se le ocurre a un descerebrado", aseguró Alberto Martí, otro directivo, quien se enteró por la tarde; "ni al peor enemigo le puedes desear algo así. Y menos a alguien como Bautista Soler, un hombre que sólo quiere el bien del Valencia y que ha invertido mucho dinero en conseguir la estabilidad social".

El panorama social del Valencia ha estado marcado en los últimos tiempos por los cruces de acusaciones entre la actual directiva, cuyo soporte es la familia Soler, y Roig, presidente desde 1994 hasta 1997, la etapa más convulsa de la historia del club. Sin embargo, el pasado viernes la situación dio un vuelco imprevisto con la millonaria transacción. La familia Soler tiene ahora 71.500 de las 192.000 acciones de la entidad. En poder del pequeño accionista quedan 98.297. El resto está en manos de un sindicato constituido por directivos.

Bautista Soler, junto a su pareja.
Bautista Soler, junto a su pareja.DIARIO AS

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