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FÚTBOL | Eurocopa 2004

Del cacheo a la identificación

Ramon Besa

La selección española pasó de abrirse paso a pecho descubierto por el último tramo del camino de Santiago de Compostela -"Compañía", llamaba un policía desesperado el domingo al mediodía nada más enfilar la plaza del Obradoiro, "creo que necesitaremos refuerzos"- a esconderse por la noche en un antiguo monasterio convertido en hotel en el norte de Portugal, entre Braga y Guimaraes, con unas medidas de seguridad que ayer resultaron tan disuasorias inicialmente como después discontinuas.

La policía recibió por la mañana al pelotón de periodistas con un "¡alto!" atemorizante. Brazos en alto, fueron cacheados por un miembro de las fuerzas de seguridad mientras un segundo revisaba los bolsos de mano, los ordenadores y las cámaras. Fue un momento de apuro. Cuando la prensa se dividió, se aflojaron las medidas y ya se pudo entrar y salir del recinto con una relativa calma.

El control se suavizó a lo largo del día y hasta visualmente pareció disminuir la vigilancia, aunque sin llegar a la permisividad detectada en otras concentraciones, como las de Grecia y Rusia, en las que la noticia es el silencio de los futbolistas.

Lorenzo Rodríguez, director de la oficina de deportes de la Dirección de Policía y responsable de la seguridad de la selección española, precisó que entre ocho y doce personas controlan los accesos en el hotel mientras que diez miembros de la Guardia Nacional Republicana atienden al perímetro. Para las emergencias están los grupos de reacción, con unos 30 agentes cada uno, dispuestos a intervenir de inmediato.

"Ninguna sorpresa"

Por la tarde, cuando la selección se entrenó por vez primera en el campo, junto al hotel, la vigilancia fue muy benévola con la prensa española, que utilizó una acreditación para evitar engorros como el de la mañana. La principal preocupación policial fue controlar a los aficionados interesados en ir a la práctica y que no se escaparon del filtro de seguridad.

"No ha habido, por el momento, ninguna sorpresa", afirmó Rodríguez; "la colaboración de las partes implicadas es muy buena". Moverse por la concentración puede resultar delicado incluso para Iñaki Sáez, que en la noche del domingo fue interceptado, al parecer, cuando iba a una entrevista para TVE.

El complejo, austero pero acogedor por su ubicación en medio del bosque, dispone de piscina, pista de tenis y sala de juegos. "Estamos bastante bien", sintetizaron Joaquín, Valerón y Marchena.

Adaptados los jugadores a la residencia y restablecidas las relaciones prensa-fuerzas de seguridad, la concentración se centró en lo futbolístico. Portugal se abre a la Eurocopa con un trato exquisito de la gente y la frialdad de unas normas de seguridad que incluyen la suspensión de los acuerdos de Schengen.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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