Una plaza de cuarta

Ayer, Bilbao se convirtió en una plaza de cuarta categoría, dada la falta de clase de los toros lidiados. Toros blandos hasta más no poder. Faltos de codicia y de lo que un toro bravo debe tener. Fueron sombras de toro.

Los tres espadas estuvieron tan faltos de casta y de calidad como los animales. De El Fandi únicamente destacamos los seis atléticos pares de banderillas que puso a sus dos toros. Con la franela no dio un pase en condiciones. Se le vio dudando demasiado.

César Jiménez estuvo toda la tarde toreando al hilo del pitón, siempre perfilero, dando medios pases, además de estar poco afianzado. En su segundo quiso dar una imagen de torero valiente, toreando de rodillas. Mas su actuación no deja de ofrecer un saldo de poco fuste.

De Salvador Vega anotamos en su favor un quite por chicuelinas que hizo en el quinto toro, que fue respondido por un quite por faroles de César Jiménez. Por lo demás, en su primero Salvador Vega fabricó medios pases por las dos manos. Solamente se salvan tres derechazos algo aceptables y un buen pase de pecho. En el último de la tarde, segundo suyo, nada de nada.

La corrida fue un fiasco. Dio la impresión de que no se ha tomado en serio esta Corrida del Centenario. No son buenos augurios de cara a la próxima feria de la Semana Grande de agosto. Los muy entusiastas de la plaza de Bilbao dirán que lo que cuenta es justamente lo que se lidie en la feria. Pero nosotros decimos que Bilbao si es plaza de primera tiene que serlo en agosto y fuera de agosto. Y ayer no pasó de ser una plaza de cuarta, como está dicho.

Vamos a dejarnos de macanas y vamos a afrontar la verdad de la verdad. Si se quiere jugar con la imagen de la historia, nada como ser serios para cualquier festejo que se pasee por la arena negra de esta plaza.