Los desastres naturales se han cuadruplicado en 50 años
El 84% de las catástrofes ambientales es de origen atmosférico
Los meteorólogos reunidos en el Fórum afirmaron ayer que los desastres naturales se han multiplicado por cuatro en el último medio siglo. Los expertos constatan que el crecimiento demográfico y la urbanización de zonas de riesgo han amplificado de tal manera el efecto de estas catástrofes que si se producen cinco de ellas en un mismo año el sistema mundial de compañías de seguros se colapsaría.
En la década de 1950 hubo 13 desastres naturales; en la de 1990, 47. Éstos son algunos datos expuestos por Gerhard Berz, meteorólogo de la multinacional aseguradora Munich Re, en la segunda jornada de la Conferencia Mundial de Meteorología en los Medios de Comunicación, que acoge el Fórum.
Esos mismos datos fueron confirmados por Reid Basher, responsable de Naciones Unidas para la reducción de desastres naturales (UNISDR, en sus siglas inglesas), quien recordó que sigue sin desarrollarse la Estrategia para un Mundo más Seguro, acordada por 155 países en la ciudad japonesa de Yokohama en 1994.
Berz afirmó además que si en un mismo año se producen cinco grandes catástrofes naturales de la magnitud de los incendios que a finales de 2001 arrasaron más de 700.000 hectáreas en los alrededores de Sidney (Australia) o del terremoto de Bam (Irán), que causó 40.000 muertes en 2003, el sistema global de compañías de seguros y reaseguros no podría hacer frente a las compensaciones económicas por los daños habidos.
Los expertos afirman que sólo se puede hablar de "catástrofe natural" cuando hay daños personales o materiales, y coinciden en que cada vez es más fácil que esto ocurra debido a cuatro factores: el crecimiento demográfico, la industrialización y urbanización de zonas de riesgo, la fragilidad de las nuevas tecnologías y los cambios en las condiciones medioambientales.
La alerta temprana
Berz aseguró que el cambio climático está influyendo en el incremento de las catástrofes y que el 84% de estos fenómenos es de origen atmosférico. Basher subrayó, no obstante, que esa "no es la causa principal del aumento", pero el experto de UNISDR consideró necesario ampliar el concepto de alerta temprana. "Es distinto alertar del riesgo de un huracán, que se desencadena en pocas horas, que sobre el cambio climático, cuyas consecuencias pueden no hacerse evidentes hasta dentro de muchos años. En ambos casos estamos hablando de alerta temprana, y para ambas situaciones hay que tomar medidas", dijo.
También respecto a la alerta temprana, José Rubiera, especialista cubano en la detección de ciclones tropicales, explicó su experiencia con el huracán Michelle, que en 2001 pasó sobre la isla de Cuba con vientos superiores a 118 kilómetros por hora. Michelle causó pérdidas de unos 650.000 millones de euros, pero sólo cinco víctimas mortales.
El resto de la tarde estuvo dedicado al debate sobre la necesidad de los institutos nacionales de meteorología y de la alternativa que suponen las compañías meteorológicas privadas. Hoy, último día de la conferencia, está previsto que se aborden a fondo cuestiones relativas al cambio climático.
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