_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Urgente

Otra joven, y van... Los malos tratos, ese toro que hay que coger por los cuernos porque coge y mata, sigue dejando su rastro de sangre y muerte. Ayer mismo fue en Coín, una joven de 24 años sufrió varias heridas de arma blanca en la cara y los brazos. El presunto agresor es un antiguo novio de la víctima que se encuentra en paradero desconocido. El tipo la atacó en los aparcamientos del centro de salud al que había acudido la víctima apenas una hora antes, tras haber recibido dos bofetadas de su ex novio. La chica pudo activar el móvil de protección que llevaba al sufrir la agresión, lo que demuestra que si bien llevar un teléfono de protección es mejor que no tener ninguna protección, es cierto igualmente que hace falta mucho más, que no se puede parar en el empeño de acabar con esa vergonzosa lacra que son los malos tratos a las mujeres.

A estas alturas de la llegada al gobierno de los socialistas con, entre otras promesas, una de elaborar urgentemente una ley integral contra los malos tratos, seguimos esperando que el proyecto de ley se concrete y vaya al Parlamento y sea aprobado y empiece a dar los frutos que una ley como esa tiene que ir dando y que serán de lenta recogida, sin duda, no hay que engañarse, pero será tanto más lenta cuanto más tarde en nacer la ley prometida. Una de las impulsoras de la ley ha sido la consejera andaluza de Igualdad, Micaela Navarro, que esta semana ha vuelto sobre su idea, cuando ha anunciado que va a poner en marcha un grupo de trabajo en el que participen todos los colectivos relacionados con la prevención y estudio de este asunto para que colaboren en la elaboración de una ley integral andaluza. La consejera quiere esa ley por la que peleó en Madrid y a cuya presentación en el Congreso, por cierto, está obligado porque se ha obligado él mismo al prometerla, el gobierno de Zapatero, lo que sin embargo no hace inútil sino todo lo contrario, el que haya también una ley andaluza. La triste realidad necesita ser afrontada con un instrumento legal que se ocupe a la totalidad del problema. Ese deseo necesita todo el apoyo y todo el compromiso que hace posible las cosas. Estamos hablando de algo urgente, sobre lo que toda insistencia es poca porque, como se ve lamentablemente casi cada día, es asunto de vida o muerte.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_