Nazis
No creo que sea conveniente pedir perdón a la memoria de Hitler; incluso creo que es bueno relegar todo el horror a una figura del pasado. En realidad, Hitler fue sólo uno de entre tantos como hubo y hay en la historia. Y Stalin, si se quiere equilibrar el mal entre unas imaginarias izquierda y derecha. Claro que hay diferencias: de propósitos. No es lo mismo matar para que domine el mundo una raza aria, pura pero imaginaria, que para tratar de lograr la igualdad en el mundo. No es lo mismo, repito hasta que se aprenda, el crimen del amo que el del esclavo. Sin por ello dejar de ser crimen. Vimos cómo unos esclavos mataban a otros en Atocha; a los esclavos del capitalismo que querían llegar a tiempo al trabajo para no ser despedidos o multados o reprendidos. A su vez, nuestros asesinos, que lo son también de otros, están siendo asesinados en sus países, o en sus religiones. O están encerrados en lo que he leído que llaman gulag de Guantánamo. Se le podría llamar lager, a la alemana; aunque hay autores que dicen que el primer campo de concentración lo crearon los del Norte para encerrar a los del Sur en Estados Unidos (Andersonville, 1864: 45.000 prisioneros, 13.000 muertos, casi un tercio), y aquí aún no se valora suficientemente lo que fueron los campos de Franco, como Albatera. O Nanclares de Oca, que tuvo el privilegio de servir para la represión sexual (prostitutas, homosexuales), a quienes siguen fustigando los sucesores purpurados de los cardenales de entonces. El caso es que miro en torno mío y veo nazismo. No hace falta ir a una mezquita de Karachi, a la rotura de la tregua en Nayaf, donde los marines o lo que fueran -¡el Séptimo de Caballería, genocida de los indios!- han roto la tregua y matado a cuarenta chiíes. Basta con asomarse a la Ciudad Lineal, donde un teniente retirado, de 76 años, fue requerido por su hijo de 26 para que matase -"¡Mátalos, papá!"- a unos que le pegaron meses atrás: mató a uno; quizá él mismo o la policía que acudió -hay versiones- le mató a él cuando seguía disparando.
No, no es la naturaleza humana. Estoy más cerca de Rousseau que de Konrad: no es el comportamiento animal. No creo que los tres de las Azores y sus ideólogos permanentes en el mundo representen a la humanidad, aunque la invoquen para disfrazarse. Hay gentes a las que podemos aplicar la palabra "nazi" de una manera genérica. Son ellos, ellos.
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