Moyà se desespera
El balear cae ante Coria y deja París sin semifinalistas españoles por primera vez desde 1999
Desde 1999 no ocurría algo parecido en Roland Garros. Es la primera vez desde entonces que no hay tenistas españoles en las semifinales individuales. Una situación extraña porque su dominio ha sido abrumador en París: dos campeones, Albert Costa y Juan Carlos Ferrero, en los últimos dos años. La última oportunidad la agotó ayer Carlos Moyà, que acabó desesperándose ante la robustez mental y física del argentino Guillermo Coria, tercero del mundo. Perdió en tres mangas por 7-5, 7-6 (7-3) y 6-3 en dos horas y 25 minutos.
Fue una jornada difícil para el balear, que se había envuelto del ambiente más favorable para sentirse cómodo y había trasladado a la capital francesa a parte de su entorno: familiares y amigos además de sus técnicos. Mentalmente, se sintió muy fuerte la primera semana. Y tenísticamente parecía en uno de sus mejores momentos. Sin embargo, todo comenzó a torcérsele cuando el día amaneció nublado. Fue un aviso importante que la lluvia apareciera, que la pista se mojara, que el partido tuviera que interrumpirse varias veces y que tuvieran que echar tierra para tapar algunas zonas resbaladizas.
Aquel mal presagio se notó en la pista. Moyà intentó centrarse sólo en el juego. Pero una superficie que traspasaba la humedad a las bolas era lo que menos le convenía. Lo que le favorece es un día soleado, con la cancha seca: el juego se hace más rápido, todo es más veloz, y su saque y su drive causan entonces auténticos destrozos. Ayer tuvo que realizar un esfuerzo suplementario para que las pelotas volaran y no pudo contar con su servicio: conectó sólo el 46% de los primeros y sólo sumó tres tantos directos.
Privado del saque, las posibilidades del mallorquín bajaron en picado frente a un jugador como Coria, que a su talento natural, a la velocidad de sus piernas y a su fortaleza mental une un punto más de fuerza, adquirido gracias al trabajo físico realizado con Jorge Trevisano, ahora ya preparador físico de David Nalbandian. Moyà jugó un partido suficientemente bueno para ganar a la mayoría de los jugadores. Pero no a Coria porque el suramericano, de 22 años, fue un auténtico estratega que le llevó a la desesperación al comprobar que cada punto debía ganarlo tres o cuatro veces. "Devuelve hasta los anónimos", comentó Emilio Sánchez.
Moyà, sin embargo, sacó para ganar las dos primeras mangas con 5-4 y ambas veces perdió el servicio. "Fue entonces cuando menos conté con mi saque", dijo; "todo el partido creí que podía ganar. Pero, aunque pegué buenos golpes, él siempre estaba allí, devolviéndome la bola".
Coria llega a las semifinales de París por segundo año consecutivo. Su próximo rival será el sorprendente británico Tim Henman, que ayer eliminó a Nalbandian en tres sets y cerró el sueño argentino de colocar cuatro semifinalistas en un grand slam por primera vez en su historia.
Las hermanas Venus y Serena Williams, norteamericanas, fueron eliminadas y no habrá al menos una de ellas en las semifinales de un grand slam por primera vez desde que en 2003 no disputaron el Open de su país.
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