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Reportaje:FÚTBOL | 38ª y última jornada de Liga en Primera División

La experiencia del novato

Aranzubia simboliza en la selección española el éxito de un Athletic de nuevo europeo

Iñaki Sáez se guardaba un par de secretos en la selección para la Eurocopa. Uno, fundamental: ¿Mista o Reyes? Pues... ninguno de los dos. Otro, sentimental: ¿quién sería el tercer portero, un puesto que anunciaría el porvenir de no ser porque Casillas, el titular, sólo tiene 23 años? Pues... Aranzubia, que pugnaba con Víctor Valdés y Reina para vivir su primera experiencia internacional entre los grandes.

Dani Aranzubia (Logroño, 1979) es el más viejo de los tres aspirantes al marco y el de mayor currículo con los equipos nacionales. No en vano fue campeón mundial sub 20 en Nigeria 99 y medallista de plata en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000. Así que el novato tiene experiencia. Además, en Sáez ha debido de prevalecer su curso en el Athletic, tan impoluto que, por primera vez en un decenio, ha zanjado el debate sobre la portería en San Mamés.

La renovación de su contrato, que era por partido jugado, ha dejado pelos en la gatera

Dicen los guardametas posteriores a Iribar que la primera asignatura a superar es "el run-run de la Catedral". Cada uno se vio examinado con lupa: una salida en falso, un mal despeje con el pie... Así se fueron quemando casi todos, Zubizarreta aparte, hasta que Aranzubia recogió una carretilla de aplausos. Se lo había traído el Athletic de Logroño convencido de que reunía los requisitos: carácter, tranquilidad y envergadura. En Bilbao siempre han gustado los cancerberos grandes, al viejo modelo ruso, capaces de intimidar al contrario, y él mide 1,86 metros y pesa 82 kilos. Un armario que, sin embargo, exhibe buenos reflejos en el uno contra uno, maneja los pies y se defiende en la salidas.

Sin duda, la buena campaña del Athletic, que se ha clasificado para la próxima Copa de la UEFA, ha tenido algo que ver con la presencia de Aranzubia. Con una defensa bastante irregular, él ha fomentado la tranquilidad del conjunto, que, a su vez, ha agradecido la confianza de la grada. La cadena anímica ha funcionado: Aranzubia ha sosegado al público y ello ha contribuido a sosegar a su retaguardia.

"Probablemente, esta convocatoria es una manifestación del premio a la buena trayectoria del Athletic. Quizás sea un premio a todo el equipo", afirma Aranzubia. Sáez siempre ha confiado en el riojano y le antepuso a Casillas en la cita de Nigeria, donde se alternaron en general, pero a él le tocaron los enfrentamientos decisivos. Ahora le toca cambiar el paso. A Casillas lo verá en Portugal muy lejos, con Cañizares de por medio y pensando en un mañana complejo porque el madridista es dos años más joven que él. Pero... es un paso. Aranzubia sólo había estado en la selección absoluta para un bolo en Las Rozas. Así que tiene claro que sólo le espera "aprender" porque las posibilidades de jugar son "escasas". Cuestión de convivir, mirar, luchar y habituarse a la presión.

Por detrás quedan los conflictos. Por ejemplo, su extraña renovación con el Athletic, que lo había atado hasta 2004 con un contrato por partido jugado. No hubo acuerdo en las negociaciones y el club hizo valer el imperativo legal para ampliarlo automáticamente hasta 2008. Después, una lesión le apartó y Lafuente realizó dos encuentros memorables. Nuevo debate y... vuelta a la titularidad. Asuntos zanjados aunque con pelos en la gatera.

La llamada de Sáez ha reconciliado a Aranzubia consigo mismo y ha respaldado a un Athletic que sólo contaba con Etxeberria como internacional tras perder esa condición Urzaiz. Quizás por ello Aranzubia levanta su pulgar en un gesto expresivo.

SCIAMMARELLA

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