La región pierde 121 policías nacionales en el concurso de traslados

Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía no quieren trabajar, en general, en la región, según se deduce de los datos provisionales del concurso de traslados que fueron publicados ayer. Un total de 570 policías han pedido marcharse, frente a los 441 que han solicitado ingresar en alguna de las unidades dependientes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, según el Sindicato Unificado de Policía (SUP).

Las cifras del concurso de méritos para los traslados han supuesto un nuevo varapalo para los proyectos de seguridad de los mandos, ya que se quedarán una parte de los agentes que estaban destinados a labores de prevención y resolución de los delitos.

La convocatoria para el presente año incluía el cubrir 116 puestos de subinspector, 154 de oficial y 760 de la escala básica (policía). Esto da un global de 1.030 puestos, según los datos del SUP. Los listados provisionales, sobre los que suelen haber muy pequeñas variaciones por los eventuales recursos de los solicitantes, reflejan que se han cubierto las 116 plazas de subinspectores, pero sólo han sido solicitadas 15 de los 154 oficiales previstos para este año, lo que arroja un saldo negativo de 139 oficiales. En el capítulo de policías, se han quedado desiertas 442 y han sido solicitadas otras 318. Esto refleja que el 56,4% de las plazas ha quedado desierta.

A este detalle se une que 570 policías destinados en la Comunidad de Madrid han pedido su incorporación a otras comisarías o unidades de fuera de la región. De ellos, 13 son subinspectores, 74 oficiales y 483 agentes básicos. Por tanto, entre los policías que llegan nuevos y los que se quieren marchar hay un saldo negativo de 121 policías, con los que dejará de contar la Jefatura Superior de Policía desde verano.

El SUP calificó de "auténtico desastre" estas cifras y pidió medidas urgentes que frenaran este éxodo masivo de agentes, que se viene repitiendo en los últimos años. El secretario regional de este sindicato, José Ignacio Cervigón, destacó que los policías se suelen marchar de Madrid "por la especial dificultad" que supone el desarrollo de su trabajo en una ciudad tan dura.

"Madrid supone un agravio salarial y de trabajo con respecto al resto de la plantilla. Las condiciones laborales son mucho más difíciles, a lo que se une la carestía de vida en la región frente a otras provincias más baratas y las grandes distancias que tienen que recorrer algunos funcionarios para llegar a sus puestos de trabajo", explica Cervigón. A eso se une "la presión" que sufren los agentes por obtener resultados en una región con un altísimo índice de criminalidad y delincuencia.

Ante este panorama, el SUP va a plantear en el próximo Consejo de la Policía (el órgano que dirige este cuerpo) que los agentes destinados a Madrid cobren un plus de territorialidad o de capitalidad. Sólo de esta forma se conseguirá que los policías nacionales se sientan atraídos por trabajar en la región. "Es lógico que, en cuanto puedan, muchos se vayan a ciudades más tranquilas como Segovia o Ávila, donde los pisos son más baratos y el trabajo más liviano", concluyó Cervigón.