_
_
_
_
Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Monstruos sagrados

Este antihéroe "nunca fue del todo malo, ni honesto, ni un héroe, ni un insecto", decía el mismo, dictando a Dostoievski, que contó su novela. Sus novelas: hay una primera parte de su inadaptación al mundo o, más en su lenguaje, de la inadaptación del mundo a él; es sórdido, también sardónico; en fin, es un libertario, que baja a su sótano y se cuenta a sí mismo sus historias. Digo sótano y no subsuelo, como en todas las traducciones españolas que fueron ayudadas o quizá directas del francés, porque aquí las palabras tienen sentidos diferentes: el subsuelo es una capa de terreno bajo la corteza terrestre, y el sótano, la parte de un edificio que está por debajo de la calle. El sentido que han ido dando algunos freudianos al descenso de este ser sin nombre; el sótano sería el inconsciente o subconsciente del personaje sin nombre, distinto del que habita en el piso, con su doméstico, del que echa a la calle a la pequeña prostituta Liza: desnutrida, sola, helada por la nieve. Esa narración constituye la segunda parte de la novela, sin duda la mejor. Y la que Patrice (o Patrick) Chéreau dibuja más, en sus escalas de arrepentimiento y de fuerza.

Les carnets du sub-sol

De Dostoievski. Traducción del ruso al francés de André Markovick. Lectura dramatizada por Patrice Chéreau. Teatro Español.

Chéreau es un "monstruo sagrado" del teatro (y del cine); actor primero (desde la infancia, desde las obras de liceo), director de teatro de ópera, de cine, tiene en Francia primerísima categoría. Es la primera vez que viene a Madrid: en su condición de actor, aunque variada por la lectura. Esta lectura de la novela supongo que forma parte de su dramaturgia, más que de su memoria; el manuscrito en la izquierda, la derecha actuante un poco repetidamente, pero son el rostro y la flexibilidad del cuerpo y, sobre todo, la voz y la entonación, los que colaboran con la extraordinaria obra de Dostoievski: más irónica, más cínica.

La acogida del público, no excesivo en ese día espléndido de primavera madrileña, en un domingo que parece alejar de esfuerzos intelectuales a los que nunca los hacen de todas maneras, fue acogedora e insistente. Todo lo merece.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_