Lugar con cremalleras
De nacer, más vale que te olvides: las bolsas
están ya preparadas para todas las guerras,
y me pregunto si merece la pena abandonar
las tibias aguas primordiales,
exhalar el primer grito, intentar erguirse,
mirar relojes, elegir dioses, libros, calles y accidentes,
oficios de hombres o de mujer. Amar.
Los señores del viento y de los clavos,
del fuego, de los anillos para sellar y de las bolsas,
-otra vez las bolsas
con fuertes cremalleras: ni tu olor
podrá escapar entre sus dientes-,
de la moneda que huele a sangre y rueda entre los siglos;
los asesinos de pájaros, de selvas, quemadores
de bibliotecas, grandes aficionados,
sin embargo, a Bach, harán inútil,
con su delgada línea roja extendida, movida,
dispuesta en los teléfonos,
la luz del horizonte.
Duerme,
duerme tu primer sueño: haz inútil,
sin nacer, sus tambores de guerra.
Déjalos solos, frente a frente,
en un mundo que no podrán vaciar,
sin vidas,
que no podrán guardar con cremalleras.
Nace
cuando uno a otro se hayan destruido. No pises
la senda del morir:
no es la vida el lugar de la vida.
Julia Ucea (Sevilla, 1925) es autora de En el viento, hacia el mar (Fundación Lara), que recibió el Premio Nacional de Literatura.