La ventaja en intención de voto entre PSOE y PP se amplía a 10 puntos, según el CIS

La memoria siempre es frágil, pero la que refleja el último Barómetro del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) lo es absolutamente. La encuesta se hizo una semana después del debate de investidura del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Los encuestados aplauden su debate, sus primeros anuncios, aprueban al Gobierno y dicen que si las elecciones se hubieran celebrado entonces habrían votado masivamente al PSOE. Sólo cinco semanas después del 14-M, casi la mitad de los votantes del PP ha olvidado que ésa fue su elección; hay más ciudadanos que recuerdan haber votado al PSOE de los que lo hicieron, y mucha más gente que se declara de izquierda que hace dos meses.

El Barómetro de abril incluye una estimación de voto que refleja una entusiasta ola de apoyo ciudadano a los socialistas tras las elecciones. En cifras, afirma que votarían al PSOE el 44,4% de los encuestados, y que daría su voto al PP, sólo el 20,4%. Con ese dato, y el modelo de estimación de voto del CIS, el Barómetro concluye que el apoyo al PSOE sería hoy del 45,8%, y al PP, de sólo un 35,4%. Es decir, la distancia entre los dos partidos, que fue de cinco puntos, se dispara hasta 10, el doble.

Lo que ocurrió el 14 de marzo fue que el PSOE cosechó el 42,6% de los votos y el PP el 37,6%. Es decir, el CIS estima que los populares pierden dos puntos en intención de voto y que los socialistas ganan más de tres puntos . Esa subida, además, en unas generales garantizaría la mayoría absoluta al PSOE.

El barómetro de abril

El empuje a favor del partido ganador y la caída en desgracia del perdedor es habitual en todas las encuestas poselectorales. Por ejemplo, el Barómetro de abril de 2000, un mes después de la mayoría absoluta del PP, reflejó una intención directa de voto para los populares del 34,1%, y sólo un 15,9% para el PSOE. El CIS tradujo esa opinión de los encuestados en una estimación del 45,3% de voto para el PP y del 32,7% para el PSOE. Y lo que había ocurrido en realidad en marzo de 2000 era que el PP había ganado con el 44,5% de los votos y el PSOE había obtenido un 31,4%.

Es decir, si el porcentaje de ciudadanos que ahora declara que votaría al PP es un 15% inferior a lo que realmente ocurrió el 14-M, también fue de un 15% la distancia entre la intención directa de voto que otorgaron los encuestados a los socialistas un mes después de su derrota en marzo de 2000. Lo que ha ocurrido ahora y no sucedió hace cuatro años es que hay más encuestados que declaran su intención de votar al PSOE de los que en realidad lo hicieron. Dos puntos más de apoyo declarado.

Hay otro dato que refleja de forma aún más explícita el desafecto que produce el partido perdedor. El CIS pregunta qué votaron los encuestados el 14-M, sólo cinco semanas antes de la realización de la encuesta. Dice que votó al PSOE el 43,8%. Es decir, hay gente que recuerda haber hecho algo que realmente no hizo. Y sólo recuerda haber votado al PP el 20,4%. Lo hizo el 37,4%.

El último Barómetro del CIS se ocupa, de forma detallada, de valorar el debate de investidura de José Luis Rodríguez Zapatero, de repasar sus primeros anuncios de gobierno y de pronosticar la posición política de los ciudadanos poco más de un mes después de las elecciones del 14 de marzo. El apoyo al presidente del Gobierno, a su discurso de investidura y a sus primeros anuncios es abrumador, como muestra el gráfico.

La posición política de la ciudadanía se ha escorado bastante a la izquierda en sólo dos meses. Declara ser de izquierda o extrema izquierda el 42,4%. De centro, el 28,7%. Y de derecha o extrema derecha, el 10,8%. Así, suma más la izquierda que todo lo demás. Hace dos meses, en la izquierda estaba el 33,8%, en el centro el 35,7% y en la derecha el 13,2%.