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Los combativos The Klezmatics conjugan en 'Rise up!' sus raíces judías con la vanguardia neoyorquina

"Con una música como ésta, si no ves a Dios, es que estás jodidamente ciego". Esta frase del actor Robin Williams simboliza el entusiasmo que entre la comunidad judía estadounidense despierta The Klezmatics, seis cotizados músicos neoyorquinos que llevan desde 1986 tendiendo puentes entre el folclore de sus ancestros y los círculos de vanguardia en la Gran Manzana. Su sexto trabajo discográfico, Rise up!, llega esta semana a Madrid (hoy, en la sala Arena), y al Festival de las Tres Culturas de Murcia, el viernes.

The Klezmatics se han consolidado como los más ilustres difusores de la música klezmer, las melodías que difundían las comunidades judías en los países del este de Europa. Sin embargo, la banda en la que despuntan el trompetista Frank London, el acordeonista y cantante Lorin Sklamberg o el flautista Matt Darriau añade a este código genético sus vivencias como vecinos del East Village neoyorquino, colaboradores de la vanguardia más cualificada (John Zorn, Marc Ribot, Elliot Sharpe) y aliados del poeta beat Allen Ginsberg. "No tiene nada de extraño. A fin de cuentas, la capacidad de adaptación es una característica muy judía a lo largo de los siglos", razona Lorin Sklamberg.

La especialista musical en el Time Out neoyorquino, Sara Marcus, definía con mucha gracia esta personalidad poliédrica: "Una tercera parte de Klezmatics es pura espiritualidad, otro tercio corresponde al baile frenético que cabe esperar de una boda judía y el tercio restante es una llamada a las armas para patear al capitalismo". En efecto, el sexteto se muestra radical y explícito en sus posturas obreristas y antiglobalizadoras. También recurre con frecuencia a argumentos homoeróticos, lo que les ha reportado un Premio de la Música de Gays y Lesbianas Americanos (GLAMA).

En Rise up!, la provocadora Loshn-Koydesh se explaya en los escarceos entre un profesor de hebreo y su alumno más atractivo. Pero el habitual tono comprometido de The Klezmatics se ha visto reforzado bajo el influjo del 11 de septiembre. El tema central (I ain't afraid) es una proclama contra los fundamentalismos a ritmo casi de gospel: "No temo a tu Yavé, no temo a tu Alá, no temo a tu Jesucristo; sólo temo lo que haces en nombre de tu Dios", explican en la letra.

"Nos sentimos un eslabón más en esa cadena de activistas que luchamos por un mundo mejor", proclama el trompetista Frank London. Por ese mismo motivo, la propuesta sonora de The Klezmatics cada vez huye más de las fronteras, las categorías y las clasificaciones. "Algunas piezas, como Yo riboyn olam, indagan en esa espiritualidad yiddish que promueve la comunión con Dios mediante el cante y el baile. Pero también proponemos territorios compartidos con la salsa y el jazz latino, como en Kats un moyz, mientras que Di gayster imagina un encuentro entre el klezmer y Eric Satie", resume la banda.

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