La Real no puede con un Valladolid que acabó con ocho jugadores

Con solo ocho jugadores en el campo, bajo una lluvia torrencial, el Valladolid salvó un punto y la Real perdió dos. Un partido estrambótico, un torrente de tarjetas, un penalti para cada equipo, tres expulsados. El equipo donostiarra lo tuvo todo para llevarse los tres puntos. Se adelantó de inmediato, jugó más de una hora en superioridad numérica y, sobre todo, tuvo enfrente a un equipo que se ha hundido. El cuadro vallisoletano se desangró ante la Real como lo ha venido haciendo en el tramo final de la temporada, y ahora ya ni siquiera depende de sí mismo para mantenerse.

Santos revolucionó su once y colocó a Javi Jiménez en el medio centro, un futbolista que se ha pasado los últimos tres años atado a las salas de rehabilitación por culpa de una grave lesión en la rodilla. El que hasta ayer era el medio centro habitual, Ricchetti, pasó al lateral derecho, y por la izquierda apareció el argentino Zapata. Con tanta gente falta de ritmo, la Real se hizo con el balón y en la primera ocasión en que puso una gota de sorpresa llegó el gol. Gabilondo apareció entre los centrales para rematar a la red un rechace de Bizarri, que no blocó un tiro de Nihat.

Un par de minutos después el arbitro señalaba un penalti por mano de Kvarme. Bizarri se dispuso a enmendar su error pero Alberto rechazó su disparo. Suerte tuvo que Sales acertara con la portería. La Real siguió a lo suyo y volvió a tener el control cuando llegó la jugada más decisiva del partido. Peña barrió por detrás a Nihat en una zona poco peligrosa. El árbitro no se lo pensó y expulsó al defensa boliviano.

La Real se lanzó entonces al ataque. Aranburu dio un paso al frente y en uno de los mucho balones profundos que envió apareció Nihat para colocar el segundo gol en el marcador. El Valladolid perdió los papeles en todas sus líneas y en el último momento del primer tiempo Ricchetti cometió un penalti absurdo sobre Schürrer. Karpin fue el único que se atrevió a lanzarlo y lo envió al palo. El Valladolid se levantó y empató en un remate de cabeza de Sales. Pero la reacción se quedó ahí, porque Chema y Ricchetti siguieron el camino de Peña y dejaron a sus compañeros a merced del bombardeo de centros que sólo sirvió para que el Valladolid mantenga alguna esperanza de salvación y la Real tenga que seguir luchando para conseguirla.